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-Robbie se ve triste.

Kara apartó su laptop. -Tú también te verías triste si te estuvieran por castrar.

-¿Qué es castrar?- preguntó Alice, entrando a la cocina.

Kara no pudo evitarlo. -Creo que esa es una pregunta de la maestra Luthor-, dijo. -Y necesito ir al veterinario. Te quedarás aquí con la abuela, ¿de acuerdo?

Alice asintió, con su atención en la laptop de Kara.

-No, nada de juegos de computadora. La abuela te llevará al parque.

-Está bien-, dijo Alice. Ella olfateó. -Deberías cerrar tu navegador si no lo estás utilizando.

-¿Qué...? - comenzó Kara, pero luego se dio por vencida. Alice estaba aprendiendo cosas a un ritmo vertiginoso y no tenía idea de dónde estaba obteniendo lecciones de informática. Quizás su padre.

-Y de todos modos, mamá no eres maestra. Estás mirando la página equivocada.

Kara miró y luego rápidamente acercó su laptop y minimizó la página. Trabajos en el área de educación. Había más de ellos de los que imaginaba. Y por todos lados también. No es que estuviera planeando conseguirle a Lena otro trabajo ni nada por el estilo. Sólo estaba mirando posibilidades. Mirando y esperando mientras el tiempo se acababa poco a poco.

Faltan dos semanas para el concierto de Navidad. Dos semanas hasta la obra del pesebre y el final del trimestre y luego...

Se escuchó un aullido desde el pasillo. -Será mejor que me vaya-, dijo Kara.

Se puso el abrigo y cogió el transportín para gatos. Alice había insistido en el nombre de Robbie, diciendo que le iba bien a Streaky. Kara había insistido en que se esterilizara al animal. Lo último que necesitaba era aún más gatos. A pesar de los carteles que habían colocado en la ciudad, parecía que Robbie había llegado para quedarse.

-Me voy-, les gritó a su madre y a Alice. Y salió al coche con un gato muy furioso a cuestas.

***

No era que no quisiera pedirle a Lena que se quedara, era que no podía. Y con toda la buena voluntad y los consejos del mundo, realmente no podía idear un plan viable que fuera un compromiso, que no implicara que alguien renunciara demasiado.

Luego estaba el hecho de que en las últimas tres semanas Lena apenas la había mirado, y mucho menos la había tocado, besado o cualquier otra cosa.

No es que quisiera eso.

No, tacha eso. Ella tenía muchas ganas de eso. Pero entendió que Lena estaba tratando de crear distancia, tratando de hacer las cosas más fáciles a largo plazo. Debería estar agradecida de que Lena fuera lo suficientemente fuerte para hacerli, porque hubo al menos cincuenta ocasiones en las que Kara felizmente se habría arrojado a los brazos de Lena.

Resultó que planificar la vida de otra persona era más difícil de lo que pensaba. Había tenido la idea de que tal vez podría encontrar otras posibilidades, otras razones para que Lena se quedara. Al final, lo único que hizo fue confundirse y perseguir pistas vacías.

-Vuelva alrededor de las cuatro y media-, dijo la amable recepcionista veterinaria. -Para entonces habrá terminado y podrá llevarlo a casa. Llamaremos si hay algún cambio, pero no debe preocuparse, hacemos esto todo el tiempo y es una operación perfectamente segura.

-Gracias-, dijo Kara, que no había considerado que la operación sería segura hasta que la recepcionista lo mencionó.

-No hay problema-, sonrió alegremente la mujer.

ʟᴇᴀʀɴ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ ᴀɢᴀɪɴ   /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora