VIII

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Sos la perdición de mi locura, pero a la vez el equilibrio de aquella.

Sos la perdición de mis decisiones, ante vos todo es confuso.

Sos la perdición de mi ser, pero la razón de él.

Sos tanto la perdición, como a la vez la razón, que ya no sé qué hacer.

Dejo que sigas en mi vida.

Sabiendo lo que provocas.

Porque me gusta lo que provocas en ella.

- Iastey.

El alma de una escritora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora