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Al llegar a la casa de los Haitani, Ran está en el salón, sorprendido al ver a la chica entrar con Rindo.

Ran: -levantando una ceja- ¿Y esto? ¿Rindō, no me digas que has traído a la chica a casa para...?

Su insinuación deja a ambos, Rindo y la chica, visiblemente sonrojados y apresurados a aclarar la situación.

Rindō: -interrumpiendo- No, no es nada de eso, Ran, deja de mal pensar todo lo que te rodea. ____ perdió las llaves de su casa y no tenía dónde quedarse esta noche. Solo estamos siendo buenos anfitriones.

____: -apoyando la explicación de Rindo- Sí, es cierto. Me ofreció su ayuda, y realmente lo agradezco. No tenía otra opción.

Ran observa la situación, un poco escéptico al principio, pero la sinceridad en sus rostros lo convence. Aunque aún mantiene su actitud bromista, decide dejar de lado sus sospechas.

Ran: -sonriendo- Bueno, si ese es el caso, supongo que puedo comportarme. Seremos los mejores anfitriones entonces. Pero ustedes dos -mirando a Rindō y a ____-, nada de tonterías bajo mi techo, ¿eh?

Rindō y ____ asienten, todavía un poco incómodos por la implicación, pero agradecidos por la hospitalidad. Ran les muestra el sofá y prepara un espacio cómodo para que la chica pueda descansar, mientras Rindō se encarga de hacerla sentir lo más cómoda posible, demostrando su preocupación y cuidado hacia ella.

La tensión inicial da paso a una atmósfera más relajada y cálida, donde, a pesar de las circunstancias inesperadas, todos tratan de hacer lo mejor de la situación, fortaleciendo los lazos entre ellos de una manera inusual pero significativa.

Mientras continúan conversando en el salón, Rindō decide hacer la noche un poco más interesante.

Rindō: ¿Quieres una cerveza? Podría hacernos la noche más... relajada.

____: -sonriendo, un poco vacilante- Bueno, ¿por qué no?

Después de algunas cervezas, la atmósfera entre ellos se vuelve más ligera y coqueta. La risa llena la habitación mientras comparten historias y se burlan el uno al otro. El alcohol suaviza sus inhibiciones, acercándolos más de lo que habían estado en toda la noche.

Rindō: -sonriendo, con una mirada suave- Sabes, podrías dormir en mi cama esta noche. Es mucho más cómoda que el sofá.

La chica, un poco sorprendida por la oferta, pero claramente afectada por la cercanía y el ambiente cálido entre ellos, asiente, su coqueteo haciéndose más evidente.

____: -acercándose, con una sonrisa coqueta- Solo si prometes que será más cómodo entonces. Y quién sabe, quizás necesite que me muestres cuán cómoda puede ser.

Rindō: -con una risa baja- Oh, puedo asegurarte, será la cama más cómoda en la que hayas dormido.

Ran, desde su habitación, nota el cambio en el tono de su conversación y decide mantenerse al margen, dándoles privacidad, pero no sin antes rodar los ojos y murmurar para sí sobre la previsibilidad de su hermano.

Caminando juntos hacia la habitación de Rindō, ambos son conscientes de la tensión creciente, una mezcla de anticipación y nerviosismo palpable en el aire. Rindō le muestra su habitación, un espacio sorprendentemente ordenado y acogedor, muy diferente de la imagen despiadada y violenta que proyecta en sus peleas.

Rindō: -un poco nervioso, pero tratando de mantener la calma- Aquí estamos. Haz como si fuera tu casa.

El ambiente íntimo y la proximidad hacen que su coqueteo previo parezca tímido en comparación con la tensión que ahora flota entre ellos. Sin embargo, ambos saben que, a pesar de la atracción y el juego previo, hay una línea que ninguno está completamente seguro de querer cruzar todavía, conscientes de las complicaciones y profundidades de sus sentimientos.

I'm yours ☾ Rindō HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora