Forgive Me!

Camino Silencioso

Te dejamos, la culpa me carcomía y en el camino por el largo sendero viré como diez mil veces con la esperanza de verte. No fue así, por lo menos no en persona pero aparecieron muchos recuerdos junto a ti.

Una vez en la camioneta mi mente estuvo en blanco. Nada pasaba por mi mente, no lloraba, incluso ni siquiera percibía el latido de mi corazón.

La tristeza estaba en el aire, nadie hablaba algunos ya se encontraban hipando levemente.

Una dulce voz llenó el reducido lugar.

- ¿Y mi 'buelito', mamá?

Esas palabras me hicieron volver a la realidad, ya no estabas, ¿ahora cómo le debía explicar?

-Tú abuelito está en el cielo, mi amor, ya no lo vamos a ver -dije tratando de contener las lágrimas y sosteniendo el mismo tono de voz sereno y calmado cuando se da una mala noticia.

- ¿Ya no?

-No, papito.

-Se quedó dormido, mamá despiertalo. Ay que llevarlo a su casa. -Su inocencia tocó las fibras sensibles de mi corazón. Y es que aún no era tu tiempo de irte.

-A si se va a quedar dormido, mi cielo.

-Pero... Mamá, ¿está 'morido'? -preguntó con el ceño fruncido, para ser pequeño entendía mejor de lo que yo hubiese querido.

-Sí.

- ¿Quién lo mató, los policías? -cuestionó molesto.

-No. Solo se quedó dormido, cariño.

Dolió decirle que estabas en el cielo y que jamás bajarías, dolió decirle que ese pedazo de tierra era tu nueva casa y que te iríamos a ver ahí. Dolió tanto que no fui capaz de decirlo en voz alta y sin romper en llanto nuevamente.