One-shot

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“Jefe en pañales” no me pertenece, yo escribo por mera diversión.

No busco ofender a nadie con lo que escribo.

Advertencias: infidelidad.

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Pequeñas conversaciones lograban distinguirse a la distancia en aquel tranquilo restaurante; no obstante, a pesar de ello y desentonando con el agradable ambiente, Carol se removió incómoda en su asiento.

Su estómago resentía su ansiedad, al igual que sus manos sudorosas que apretaban el asa de su bolso, sus dedos tambolirearon nerviosos, no podía evitar mirar a cualquier dirección con tal de distraerse de lo que le inquietaba. Estaba sinceramente asombrada de cómo un simple mensaje de voz en la mañana podía afectarla tanto.

A la par que cerraba los ojos, se obligó a dar una larga respiración para calmarse, no solo porque mantener la mente fría era esencial, sino porque no debía de darle tanta importancia, pues siempre existía la posibilidad de estar en un error.

Sin embargo, su cabeza no cooperaba al reproducir una y otra vez las palabras que más se le quedaron grabadas de aquel mensaje.

“Tengo algo que decirte”, “tu esposo”, “sospechoso”, “pruebas”, “te veo más tarde”, pero, sobre todo, que fuera la voz de una mujer fue lo que hizo que a Carol casi se le resbalara el teléfono de las manos esa mañana. La morena odió tanto que esa misteriosa mujer no se molestara en responder sus mensajes tras enviarle ese audio, como si fuera un malicioso plan para plantar la duda en ella.

¿Y si…?

—Dios mío, Carol. —molesta se regañó a sí misma, no debía de suponer nada todavía.

Conocía a Timothy cien por ciento, nada que lo que dijera esa mujer podía hacerle desconfiar de su marido.

Después de todo: ¿cómo iba a ser posible que su amado esposo Tim pudiera hacer algo como lo que se imaginaba?

“No, imposible.” pensó a la vez que apretaba los puños decidida a no dejarse engañar. Si realmente aquella chica llegaba a aparecer, Carol no creería ninguna de sus palabras.

Sonrió con su confianza restaurada, nunca dudaría del amor de su marido.

—¿Carol?

Una suave voz le sacó de su ensimismamiento, sintió su determinación abandonarla en cuanto levantó la mirada y se encontró con una mujer joven de rasgos delicados, ojos marrones y sedoso cabello oscuro peinado en una coleta. Carol maldijo por dentro, odiaba admitir que la otra era realmente linda, detalle que la puso de mal humor.

Frunció el ceño.

—Sí, soy yo—respondió a la defensiva a la vez que se cruzaba de brazos y también una de sus piernas por debajo de la mesa.—. Supongo que tú eres la mujer que me habló esta mañana.

“La otra”, como Carol la denominó de manera despectiva en sus adentros, se limitó a tomar asiento sin esperar a una invitación, y por supuesto que no lo haría, puesto que, fue ella quién le citó ahí en primer lugar. Pero eso no evitó que la castaña se molestara.

La otra mujer cruzó sus manos sobre la mesa, lo que le permitió apreciar el caro manicure de sus uñas.

—Tal vez no me conoces—empezó a decir tranquila, casi como si repitiera un guión que ensayó una y otra vez.—, pero yo a ti sí y muy bien…

Carol entrecerró los ojos, en definitiva algo estaba mal, por mucho que quisiera creer hasta el final en la inocencia de su esposo, todo apuntaba a una sola cosa. Y ella podía intuirlo: esas palabras, esa forma de empezar a hablar como si le fuera a confesar algo muy grave y su apariencia de chica mimada apuntaba perfectamente al tipo de mujer que se metía en una relación.

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⏰ Última actualización: Mar 19 ⏰

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Rosas Amarillas || Boss baby fanfic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora