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Suspiraste y cerraste el juego luego de volver a perder. Pasó una semana desde que estabas atascado en el Overblot de Leona, apenas recordabas la trama porque dejaste el juego un tiempo.

Era tentador conseguir las cartas, pero cada vez te agradaba más la idea de ver solo la historia y dejar de estresarte. Vacilante, buscas la historia traducida en Youtube. "¿Qué haces?" una voz aguda en tu espalda te exalta, pero sólo era tu amiga.

Missa había llegado recientemente a la escuela, pero hizo amigos sin esfuerzo, después de todo es hermosa. Es más o menos de tu altura, pero mucho más delgada y hegemónica, con cabello castaño que rozaba sus hombros cada vez que se inclinaba para hablarte.

"Ah... Nada..." te ruborizaste, avergonzada por los nervios de que te haya hablado de repente. "Buscaba cosas de un juego." le sonreíste vacilante, en cambio ella miró hacia otro lado por un momento y tomó tu brazo.

"Vamos, quiero llegar temprano." tu brazo se veía más grueso de lo que era al lado de el de ella, quisiste mantener tu expresión porque siempre te provocaba una sonrisa que deformaba tu rostro.

Parecían la bella y la bestia.

Seguía la clase de educación física, la última del corto día. Hacías tu mayor esfuerzo a causa de los constantes regaños de la profesora para que corrieras más rápido, pero tu cuerpo no ayudaba.

Tu altura era un promedio cuestionable, pero tu peso era demasiado elevado. Cada vez que pensabas en eso decidías evitarlo, porque solo pensar en que el número no baja sin importar lo que hagas, te robaba algunas lágrimas.

Missa te mira con gracia al distraerte, así que la sigues hasta el gimnasio.

Para tu suerte, estos últimos días estuviste ejercitándote con tutoriales en casa, por lo que ¡no te dolerán tanto los músculos después! Tus mismos pensamientos te sacaron una sonrisa, y se agrandó al ver que Nando no estaba hoy.

Él era raro, de hecho, de pequeños era un buen amigo, incluso protector, pero no tardó en sumarse al bullying que ejercían los demás. Al principio eran solo insultos o gritos, pero no se detuvo desde que te agredió físicamente por primera vez.

¿Acaso fue algo que dijiste? ¿O tu forma de ser es simplemente insoportable?

Nunca lo sabrás, porque Nando no sabe comunicarse.

Empezaste a correr luego de que pasaron asistencia, ayudó para borrar esos pensamientos inútiles de tu cabeza y sentirte orgulloso de tu pequeña mejoría física. Tu cuerpo seguía siendo gordo y se notaba, pero sabías que puedes lograr cambiar.

Tu amiga te acompaño durante toda la clase, y te guiñó el ojo para que la sigas una vez el horario finalice.

Fueron juntas a refrescarse en el baño, el clima no era especialmente caluroso, pero el sudor estaba presente de todas formas.

Sientes un suave codazo. "Eres divertido."

Sentiste una ola de felicidad que estremeció tu pecho, como si tu corazón se detuviera por un segundo luego de tomarte tu tiempo para procesar las palabras de Missa.

Su sonrisa se sentía muy cálida cuando la mirabas, pudiste notar el pequeño rosado en las esquinas de sus mejillas a causa del agua.

Sus labios de un hermoso color rosado se acercan a tu oreja y susurra. "Me harás estallar de risa." y su voz melodiosa te desconcentra antes de que una patada te empuje contra la pared.

Escuchaste la risa de Missa, pero más fuerte y descuidada de lo normal. Te volteaste confundida, el golpe dejó tu espalda ardiendo.

Tu expresión se horrorizó al ver a Nando al lado de ella, su abdomen rodeado por los brazos de la chica que parecía no aguantar la risa. "¡Por Dios! ¡Estaba por vomitar en cualquier momento!"

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⏰ Última actualización: Aug 11 ⏰

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