Los pies descalzos se apoyaban en aquella roca junto al río, aquel chico vestía andrajoso, un pantalón negro y una remera blanca cubierta de bastante sucia.
Poseía un cabello rubio en punta con varios mechones blanquecinos, piel clara y un constitución delgada. Sus ojos estaban cerrados y ocultos por sus párpados y espesas pestañas.
Sostenía un violín blanco y negro con un estampado de pájaro azul en la tapa delantera, apoyó el mismo en su clavícula colocando su mentón en el barbero del violín. Levantó su mano que sostenía el arco y empezó a tocar.
La melodía llenó el silencioso bosque, paseándose por las arboledas resonando en conjunto con el sonido del río corriendo.
Sus dedos se deslizaban con maestría por las cuerdas mientras su otra mano movía hábilmente el arco. Las notas subían y sus dedos aceleraban sin ningún titubeo al igual que el balanceo del arco.
Dió un paso bajando de la piedra cayendo al río, pero sus pies nunca tocaron el fondo. Se mantuvieron en la superficie a pesar de la corriente, el chico empezó a caminar por el agua sin problemas, avanzaba a pasos calmados y firmes. Con cada paso parecía que la corriente iba perdiendo fuerza y movimiento.
Aquella melodía seguía apreciándose mientras el rubio caminaba, las notas bailaban por el aire. La canción transmitía un sentimiento de tristeza y nostalgia, la suavidad y rapidez de aquella melodía la hacia aún más impactante.
Los espectadores de aquel concierto resultaron ser todo los animales de aquel bosque, las aves desde sus nidos parecían cantar siguiendo la melodía. Un ciervo veía atentamente al chico caminar por el río con tranquilidad, había ardillas que también observaban.
El joven seguía avanzando por el agua, la corriente parecía seguir perdiendo fuerza con su caminar, con todo el camino recorrido, el rubio llego al pie de una cascada y se detuvo colocándose de espaldas a esta.
La melodía empezó a acelerar y las notas se volvieron más altas, el agua que descendía de manera ininterrumpida se detuvo por completo.
Las gotas de agua se elevaron en el aire, uniéndose y tomando la forma de varios pájaros que empezaron a volar de manera sincronizada. Las alas de agua aleteaban velozmente al ritmo de la música y en el proceso soltaban gotas de agua.
El joven seguía tocando, sus hábiles dedos se movían con rapidez presionando el crim de las cuerdas, el arco se movía sobre el violín velozmente. El rubio estaba absorto en su música, concentrado, ajeno a todo el mundo hasta que lo interrumpieron.
"Naruto-kun" llamó una voz, las manos del rubio se detuvieron de forma abrupta. Retiró el violín de su cuello y caminó saliendo del agua, a su espalda el curso del agua se reanudó y la cascada volvió a caer, los pájaros volvieron a ser agua y cayeron.
El chico de manera lenta caminó, sus pies descalzos tocaban el pasto sin preocuparse. Los ojos se abrieron por primera vez revelando dos gemas azul intenso y profundo, aquella mirada era como el océano, abismal, misteriosa e implacable. Ver directamente a los orbes era perderse en su inmensidad.
Naruto:"Hokage-sama" musitó con voz neutral e impostada, miró con inexpresividad al anciano con vestimentas honorarias, tenía una barba junto con un sombrero blanco con tonalidades rojas, debajo de sus mejillas figuraban líneas que bajaban por sus mejillas al igual que varias arrugas.
El Sandaime Hokage; Hiruzen Sarutobi. Veía al chico frente a él con escrutinio, su postura era firme y cauteloso, su mirada afilada y su expresión ilegible. También había notado que siempre se refería a él por su título, parecía que delimitaba una línea entre los dos.
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Señor del Agua
RandomEl Agua en su esencia es un testimonio de fuerza, persistencia y adaptación. Es el maestro del cambio. Ella no lucha, no pelea. Fluye, pudiendo atravesar la roca y cualquier defensa. Se adapta, cambia y transforma. Flujo. Cambio. Adaptación. Persist...