Nueve uno uno

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Izuku aún se negaba a usar su quirk. El trauma era demasiado fuerte. ¿Y si no podía controlarlo y hería accidentalmente a alguien? En la sesión de evaluación de quirk, lo había usado contra metal y piedra, y había logrado derretirlos. Habían mencionado algo sobre su quirk siendo letal debido a sus propiedades ácidas.

Así que lo mantuvo oculto todavía. La señorita Nakamura parecía darle tiempo, ya que claramente no estaba presionando el tema más allá. Sabía que el resto de los niños a veces lo miraban de manera extraña, ya que era el único que se negaba a cooperar en los ejercicios de quirk, que eran muchos.

A veces hablaba con ella cuando le pedía ayuda con matemáticas. Siempre lo trataba con tanta amabilidad que a veces hacía que Izuku quisiera llorar. Nadie le hablaba tan gentilmente, como si fuera digno de consideración.

"Sensei Nakamura, ¿por qué eres tan amable conmigo?" Le preguntó después de clase un día."Porque eres un buen chico, Izuku", respondió fácilmente mientras sonreía. "Te lo digo, Izuku, no eres un monstruo. Puedo ver que eres de buen corazón. Eres tan humano como el resto, y serás un héroe maravilloso", dijo, tan segura.

Izuku valoraba sus palabras. Le daban la esperanza de que no era un monstruo.Conforme pasaban los días, comenzó a pensar más positivamente sobre sí mismo.Había otras personas como él por ahí, personas que habían usado sus quirks en defensa propia, había dicho ella.

*

El director Kobayashi, de setenta años, esperaba en su silla con una expresión sombría en su rostro. Había observado muchas de las clases de la señorita Nakamura, y era suficiente para llegar a una conclusión. Era hora de decírselo.

Hubo un golpe en la puerta, y al darle la señal para que entrara en la habitación, pudo ver que la mujer estaba tensa, una expresión seria en su rostro normalmente feliz.

"Señorita Nakamura, por favor, tome asiento", dijo y esperó a que lo hiciera antes de hablar. Parecía estar jugueteando con sus uñas, y el director Kobayashi frunció el ceño un poco. Era una señal de debilidad, pensó. "Me he dado cuenta después de observar su clase, que nuestro estudiante especial, Izuku Midoriya, no usa su quirk en las clases. ¿Podría explicar esta situación?"

La señorita Nakamura pareció dudar por alguna razón. Las mujeres, pensó Kobayashi."Izuku Midoriya tiene mucho trauma consigo. Solo tiene cinco años, así que le di un tiempo para adaptarse a su nueva realidad. Pensé que debe ser difícil para él, lidiar con todos los regímenes de entrenamiento como si fuera igual que todos los demás, cuando su historia es muy diferente al resto de los niños", se justificó con tanta facilidad, como si no estuviera frenando el crecimiento del estudiante.

La expresión del director se volvió aún más amarga.

"Señorita Nakamura, creo que está consciente de que es su responsabilidad potenciar los quirks de nuestros niños y asegurarse de que participen efectivamente en cada ejercicio. No podemos permitirnos darle a nuestros estudiantes tiempo para adaptarse", la citó. "cuando son héroes en ciernes. Debemos crear héroes perfectos", le explicó.

Ya se estaba arrepintiendo de dejar que esos artículos de moda le afectaran. Contratar a una mujer fue una decisión terrible, pensó.

Al darse cuenta de que estaba siendo criticada, la señorita Nakamura intentó defender su pobre enseñanza.

"Comprendo esto, director, sin embargo, creo firmemente que Izuku necesita terapia y mucho apoyo para superar adecuadamente sus inseguridades sobre su quirk. Esta institución necesita darse cuenta de que él es solo un niño de cinco años que acaba de pasar por una experiencia muy traumática que dejaría muy afectados a la mayoría de los niños. Considero un milagro que Izuku no presente más problemas para adaptarse al ritmo rápido de nuestra escuela, director".Así que ella pensaba que podía justificarse de esa manera, mientras insultaba a la sagrada Institución Escolar de Héroes Celestiales al mismo tiempo. ¿Cómo se atrevía? El señor Kobayashi estaba furioso, pero decidió no dejarlo ver. ¿Terapia? ¡Esta persona estaba fuera de sus cabales!

Resiliencia TODODEKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora