Por Ese Hombre

Extra

Las cosas nunca empiezan y terminan como a uno le gustaría.

Y yo lo sabía muy bien.

A mí me hubiera gustado terminar a su lado.

Pero mis acciones y actitudes hicieron está decisión en nuestro camino.

Ahora ella va tomado de la mano de aquel que considere mi amigo.

Ahora ella porta un anillo que lo ata a alguien que no soy yo.

Y ahora en su vientre carga el sueño que quedó en vela por mis errores.

Mi pequeña flor siguió su vida.

Y yo me quede atascado en mi culpa.

Recordando los ayeres..

Pensando en el mañana..

Muriendo en el hoy..

Recuerdo exactamente que hace años,tu y yo prometimos hacer de nuestras vidas una.

Formar una familia,amarnos hasta el último suspiro de nuestros labios.

Ahora tu estás con alguien que si te valora y te aprecia.

Por qué amar,he de decir que nunca te amaran más que yo..

§Agustín Velázquez Torres§

[E•x•t•r•a]

16 de agosto 2025

Siempre escucho decir que la vida da muchas vueltas.

Pero nunca pensó que eran rápidas y difíciles de ver.

A unos pasos frente a el,su pecoso se encontraba en el garaje de Ferrari,más exacto en el de Charles.

Vestía una camisa blanca,unas tallas más grandes que el.

Un pantalón beige y el cabello lo llevaba un poco más largo de lo usual.

El brillo en el había incrementado,haciendole lucir más hermosos que nunca.

Charles conversaba tranquilamente con el.

Y su pecoso reía de las ocurrencias que el monegasco le contaba.

Aún en su lejanía juraba escuchar la suave risa del mexicano,recordando cuando la suave melodía acariciaba su corazón apenas al despertar del alba.

Fijaba con melancolía su vista en la figura de su amor,divagando en la silueta del pecoso hasta topar con una ligera curva que saltaba del vientre del tapatío.

Un jadeo lastimero abandono lo profundo de su corazón,la imagen tan irreal le era difícil de seguir,era un viaje premuro hacia su cruel fantasía,una burda ideología de su vida en su mente.

Era su pecoso en sus brazos,mientras el descansaba sutilmente su mano en el pequeño vientre del hombre mayor.

Era tan dulce y doloroso,como la suave caricia de una madre después de ser abofeteado.