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Se encontraba en la oficina acomodando unos papeles mientras pensaba en aquella mañana tan placentera, algo distraído si lo preguntases, había perdido la conciencia a media lectura obligándose a si mismo a volver a empezar

-¿Todo bien?- Fisgoneo un poco Volkov que se encontraba esperando órdenes del mayor

-¿Qué?¿Qué coño hacías aquí? Recuérdamelo- Despreció

-Usted me pidió que me quedara...

-Ah, no es necesario luego te llamo si ocupo tu culo

Con aquello se retiro y su última palabra haciendo eco en su cerebro le hizo voltear inconsciente, o consciente, a aquella parte de ese ajeno cuerpo
Esos pantalones ajustados con un cinturón de cuero no solo le hacía un favor a Gustabo

Gustabo

Con aquel nombre en mente tomó su celular y marcó

-¿Sí?- Contestó en seguida con voz adolorida delatando su resaca de hacía unas horas

-¿Ya saliste de mi departamento?

-Mm- el sonido de la cafetera de fondo que el conocía a la perfección le respondió- Sí, ya he salido- mintió

-Se que mientes, no salgas de ahí a hora pico, sal más noche

-Ya, te espero para acurrucarnos a dormir ¿no te jode?

Aquel amargado colgó, dejó al rubio con el celular en mano en vano

Puagh ese abuelo- pensó

¿Cómo saldría de ahí?
Su compañero de aventuras ya había preguntado por él y aunque le encantaría cantar como loro, aquellas caricias insatisfechas lo dejaban en vergüenza
Había tenido aquellos labios quebrados por todo su cuerpo, sus manos grandes y envidiables como cualquier aspecto suyo, todo aquel hombre encima de él
Y como un juego extraño y malévolo lo dejo en un sofá y una frustración sexual inmensa

Podía escuchar la risa del contrario en cuanto pensaba en contárselo

Podía sentir como algo entre sus piernas entraba en movimiento en cuanto recordaba la escena

Le gustaría hacerle algo parecido pero a un sátiro de su nivel sería imposible que le saliese
Mientras revolvía su café pensaba en algo que no se le diese bien a aquel vejestorio, algún talón de Aquiles, empezó a moverse lentamente y con cuidado por todo el apartamento, con cierta presión de que llegase en cualquier momento y comenzara a pegarle sin cesar hasta sacarlo de una patada de ahí, aquella imagen mental desapareció al oler aquel perfume costoso sobre la mesilla de noche ¿quién diría que ese hombre dejaba su cama destendida antes de salir?
Se recostó sobre aquellas sábanas impregnadas de su olor, una suave seda recorría su adolorido y frustrado cuerpo, una notificación de su celular le haría llegar así una buena, o no tan buena idea

Solía escuchar sin parar como Horacio bromeaba sobre enviar ciertos mensajes cuando Volkov trabajaba

Un depredador de su tamaño sería o muy fácil o muy difícil tentarlo con algunos mensajes
Se levantó de un salto de la cama y se dirigió hasta su clóset para tomar alguna de sus planchadas camisetas, aventó su suéter a la suerte y comenzó a abotonar descuidadamente esa camisa ajena que ahora posaba sobre un cuerpo tembloroso, se mentiría a sí mismo si no aceptaba que de cierto modo no solo buscaba molestarlo, aquel calor que sus cuerpos producían lo hacían sentir tan vivo, diferentes a las caricias de otras personas, aquella terquedad y rencor que se tenían tal vez avivaba más aquel caliente tacto

Se sentó sobre aquella cama y dejó ver sus clavículas con leves marcas rojizas, bastaron unas cuantas poses frente a su celular hasta sentirse bastante denigrado y parar, su actitud sumisa y fingida le comenzaba a asquear aunque fuese solo para algunas fotos

G: Eyy ya puedo irme?:ppp
C: No me envíes mensajes, Gustabo.
G: k horible umor viejo
C:Cómprate un diccionario.
G: no me vas a creer lo k encontre :p
C: Aléjate de mis cosas.
G: ;))
C: Hablo en serio, estoy ocupado. No seas una molestia.
G: [foto]

-¿Conway?

Aquella voz ajena le hizo dar un pequeño brinco para esconder lo que acababa de recibir de una persona en especial

-¿Qué?- Renegó con disgusto ante aquella interrupción

-El atraco está a punto de comenzar

-Me da igual tío, negocia, negocia

Cuando volvió a dirigirse al teléfono observó como a esa foto se le había sumado otra con una pose bastante peculiar, reconocía su camisa, su cama y como solo llevaba puesta una prenda y esa era la ajena

C: Te mencioné que te alejaras de mis cosas...
G:Si me lo ordenas, me la quito;)

Vaya

-¿Super?

-Oh tío ¿ahora qué?

-Ya va a empezar la cuenta regresiva

-Ahora voy

C:Quítatela.
G:Nopp :p
C:Te lo ordeno.
G: fofo
C: Me estás obligando a quitártela...

Encendió la patrulla y con una mirada de disgusto observó al atracador subirse a la moto, que aburrido, tenía un nuevo objetivo que ocupaba su mente, tenía esa necesidad de observar el celular, se encontraba distraído por culpa de cada vibración, necesitaba que estuviese su mirada.

Los minutos pareciesen eternos, entre tantas vueltas a la ciudad comenzaba a marearse, deseaba retirarse

Por otro lado Gustabo se encontraba dando vueltas por la cama, para él, también esos minutos se estaban volviendo una tortura, su último movimiento había sido enviar una foto con unos botones más abajo como respuesta a la orden del contrario, no podía creer que fuese tan fácil sentirse algo erizado sin sentir su tacto y solamente con imaginar su voz

Aquellos minutos se volvieron horas de mera tortura, donde se aproximaba la hora de cerrar de la comisaría, se comenzaba a preocupar sobre el poder que podría llegar a tener ese pelinegro sobre él ahora más con aquellas fotos, empezaba a sobrepensar en los millones de escenarios ficticios donde en muchos de ellos el salía más que perjudicado

De repente el celular vibro y así cesaron sus pensamientos

C:Trabajaba.
C:Necesito más que eso Gustabín.
C:Si deseas aquel anhelado ascenso, ven por el, está esperándote en comisaría.
G: Tu oficina?
C: La pregunta jode.

Tomó su suéter y sin quitarse aquella camisa salió del apartamento, quería continuar con aquel juguete verbal y el olor a el por un rato, las calles se veían tenebrosas a esas horas de la noche, incluso pedir un taxi se sentía peligroso

Llegó a comisaría y entró por detrás como le había enseñado anteriormente

Gustoso navego hasta la puerta de su oficina y la abrió

Toda aquella travesía y nervios para cuando abriese la puerta ver a Jack Conway introduciendo su dedos en el recto del subcomisario Viktor Volkov, aunque cerró la puerta la imagen de aquellos dos erectos fue lo suficientemente fuerte y clara para que el pobre hombre deseara desaparecer

Ninfomanía //Intenabo Au[actu lentas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora