Regreso a Manchester

278 23 12
                                    


La última escena de "Amar es para siempre" se desarrolla en septiembre de 1984, mientras en El Asturiano toda la familia reunida mira en la televisión el primer capitulo de la novela.

Luisita y Amelia ese dia se quedaron en Manchester porque la niebla impidiò que el avión despegara.


Noviembre de 1984

Anoche toda su familia se reuniò en El Asturiano, celebrando el éxito de la novela escrita por Leonor e interpretada por María. Después de dos meses, los espectadores iban aumentando y las críticas estaban entusiasmadas.

Había llamado al bar, Lino hablò con sus abuelos y sobre todo con su prima Charo, a quien extrañaba mucho después de que Ciriaco y Maribel decidieron volver a España.

La nostalgia de casa era cada día más fuerte, y la idea alegre de estas continuas reuniones familiares, en las que obviamente estaba ausente, era dolorosa.

Acababa de volver del trabajo y se estaba preparando un té. Eh sí, algunos hábitos ingleses ahora eran parte de su rutina.

Desde hace unos meses trabajaba a tiempo parcial en una cafeteria como camarera, siendo una madre soltera - porque esto era para la burocracia - el dueño la puso en el turno de la mañana. Curraba cuando su hijo estaba en la escuela.

Seguramente no era el trabajo de sus sueños, pero se había conformado. Era una forma de ganar algo de dinero y estar un poco fuera de casa, y si el trabajo era bastante agotador, los colegas eran agradables.

No había podido aspirar a mucho mejor, no había estudiado mucho y seguramente con los idiomas tenía un poco de dificultad. Con el inglés había ido mejor que con el francés, por fin pronunciaba correctamente la "J", lo entendía bien, pero al hablarlo el acento castillano era bastante fuerte y a veces cometía errores de gramática.

Se riunì con el responsable de una radio local que se dirigía tambien a los inmigrantes, pero no tuvo suerte. A pesar de la experiencia que tenía, tuvo que eliminar esa posibilidad porque los programas dirigidos a los españoles y a los italianos se emitian por la noche, después de la cena, cuando los trabajadores podían escucharlos. A esa hora no podía dejar a Lino solo.

Con la taza de té en la mano, se acercó a la ventana para mirar la lluvia, en Manchester era una constante y despues de 7 años todavía no se había acostumbrado.

Era un día gris como cualquier otro. Antes de la cena, Amelia llamarà, hablerà con su hijo y luego con ella - con la esperanza de que Lino les dejara un poco de espacio para compartir algunas palabras con calma, y che no discutieran por algo - luego, después de acostar a su hijo, leerà un libro o mirarà la televisión sola, antes de dormir en esa cama medio vacía.

Pensó que Lino volvería en una hora, Amelia en tres días, y el regreso a España, en cambio, ni siquiera podía imaginarlo. Y una lágrima se deslizó por su mejilla.

Amelia tenía razón, en España sería difícil vivir, se encontrarían palos entre las ruedas a cada paso. Señaladas en cada situación. No es que Inglaterra fuera un oasis de libertad, pero sin duda aquí todo era más fácil.

Se preguntó cómo pudo Leonor soportar más de 17 años de exilio. Y la hermana, una vez más, se convirtió en su ejemplo a seguir, si Leonor se resistió, ella también podría.

Recordò París, incluso las ausencias de Amelia de entonces, la dificultad con el idioma, volver a casa... pero sabía que esta vez era diferente. Ya no era esa persona.

Encima de todo estaba Lino. Y cualquier sacrificio por él era superable.

Pero, no era solo la responsabilidad hacia el hijo lo que frenaba ese deseo - que de vez en cuando asomaba - de tomar el primer avión a Madrid. También era el amor por Amelia.

REGRESO A MANCHESTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora