003

218 16 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Ya tenía todo listo para pasar la tarde en la playa, esta vez íbamos a ser mi cámara y yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Ya tenía todo listo para pasar la tarde en la playa, esta vez íbamos a ser mi cámara y yo. El reloj marcaba las seis y punto y el atardecer empezaba a notarse tipo siete así que tenía tiempo, Fran quería que merienda con el y sus amigos pero no quería incomodar así que con las intenciones de irme antes que llegarán cruzo por mi mente. Me dirigí hacía la habitación de Fran tome mi cámara y mis auriculares los guarde en una mochila y me metí al baño para hacer mis necesidades ya que no volvería dentro de un par de horas.

—Franchu cerra la cortina que me estoy  meando—le dije mientras tocaba la puerta.

—Estoy en la bañera así que pasa tranqui—fue lo que el me contestó, así que no dude en entrar y como el dijo estaba undido en la gran bañera solo aparecía su cabeza, no era raro verlo así siempre lo hacía por eso demoraba, el era el único hombre que conocía que duraba una hora y media literal bañándose, tenía su rutina.

—Segura que no quieres quédate—me pregunto el mientras me miraba, yo ya había terminado ahora me estaba lavando las manos.

—ya te dije que no gor, me encantaría ver el atardecer.

—Pero ya veras el amanecer cuando volvamos de boliche Reinis.

—Ya se Francisco pero lo mismo quiero ver el atardecer—Hable mientras me volvía sentar en el inodoro—A veces te pones irritante sabias.

—Si me lo dices seguido— dijo mientras se sentaba en la bañera—Alcanzame el shampo que esta ahí gordos porfis.

—Levántate y busca no soy tu sirvienta.

—Me tendría que parar y estoy desnudo—Habló mientras sonreía.

—no es nada que no haya visto—le conteste con el mismo tono que uso el hace minutos atrás, di un suspiro largo y me levante para agarrar el shampo pero antes de que pudiera hacer algo sentí todo mi cuerpo mojado, Francisco había abierto la llave de la ducha logrando que me mojada entera.

—Francisco Romero te odio—  dije mientras le tiraba los jabones que estaban al costado de la bañera.

—Auch.... dale Gor fue un chistesito nada más...

EYES...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora