35: Fuego

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Aturdido y confundido, Izuku intentaba descifrar que se supone que estaba pasando.

Los pocos héroes que habían; Vlad, Aizawa, el hombre gigante del grupo de las Pussycats y una anciana de baja estatura iban y venían de un lugar confuso.

No sabía con exactitud que estaba pasando a su alrededor, pues sus ojos aún fallaban a la hora de capturar los colores y en consecuencia, desconocía el lugar en el que estaba.

-Niño, no te vayas a sorprender si te empieza a dar hambre.

Alguien le había hablado justo en su oído derecho y al momento siguiente sintió algo en su mejilla, similar a cuando sus labios eran besado por alguna de sus mujeres, aunque podía notar cierta rugosidad en esta ocasión .

Al momento siguiente se sintió mucho mejor físicamente, casi como si nunca hubiese sido usado como saco de boxeo por un villano demente, aunque al instante su estómago se estrujo, pidiendo comida.

Habiendose recuperado casi al instante, Izuku se intento levantar del lugar en el que se encontraba para buscar más información de lo que estaba pasando

-(Hace unas horas estaba cogiendo y chantajeando jotos y ahora esta que me lleva la verga)

Logrando levantarse con muchas dificultades, Izuku noto que sus ojos, ahora recuperados, captaban perfectamente los colores que lo rodeaban, aunque no se encontró ni de lejos una escena alentadora.

Desde su posición pudo notar que afuera del edificio en el que se encontraba había un incendio y la razón por la que los héroes profesionales iban y venían era por varios alumnos que habían sido heridos de gravedad, mayormente de la clase 1-b.

Varios chicos que no conocía, caras que recordaba y al final una chica de cabello larga y verde que reconocía a la perfección; Ibara

Podia notar a simple vista algunos moretones y quemaduras en sus brazos, piernas y cabello, que estaba un poco chamuscado en las puntas.

El resto de estudiantes estaban en igual o peor condición física e incluso los que seguían conscientes a pesar del daño recibido estaban quejándose dolorosamente de sus heridas.

-No deberías levantarte tan rápido después de haber sido herido a un nivel tan... Salvaje.

Una voz áspera pero femenina llegó a sus oídos desde abajo, reprendiendolo por su acción repentina.

-Es posible que aún sientas molestias en las costillas y en la cabeza, realmente no entiendo al completo cómo terminaron así...

Izuku bajó la mirada solo para encontrarse a una mujer de baja estatura bastante arrugada.

-No sabía que los pitufos existían...

-Mocoso irrespetuoso, te salve la vida a ti y a tu hermana solo para que me insultes... estando delante de mí.

La anciana, enojada por las palabras de Izuku, lo golpeó en la espinilla y en las costillas con un bastón qué traía en su mano derecha.

-¡Ay! (enana de mierda) -se quejó primero en voz alta y luego en su mente -Espera, ¿dijiste hermana?

Durante un segundo la mente de Izuku se desconecto solo para que luego recordará la razón por la cual no se había desmayado y estaba tan llevado de la verga.

-Si, si, esa chica que traía el niño contigo, cabello verde, estatura promedio, se parece demasiado a ti. ¿Será que tu cerebro también se daño?

Izuku no respondió y en cambio se movió lo más rápido que pudo, empujando a la anciana en el proceso, para buscar a su hermana.

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