Un sentimiento amargo, triste, odioso. Es lo que últimamente me consume por dentro.
Ojala la tierra me pudiese tragar ahora mismo, lo que no se si para siempre o durante un simple rato. Quiero evadirme de la realidad, de esta vida que es tan dura y ahí que esforzarse tanto, si que es verdad que luego todo sirve para poder enfrentarse a todo en esta vida.
Que todo aquello que nos pasa tiene una justificación, y que en un futuro lejano o cercano vamos a agradecer estas situaciones tan difíciles para poder superarnos día a día.En mi caso, mi escapatoria era esta, escribir. En mis momentos de soledad, momentos que me gustaría plasmar de alguna manera más detallada que una simple foto o un vídeo. Algo que me permita desarrollar el momento, las acciones,...
Es más aunque haya cosas que a todos nos gustaría borrar para siempre se que va a llegar el momento en que quieras recordar algo que hayas borrado de tu mente. Así mismo pasa, como cuando vas a decir algo que no te sale pero lo tienes en la punta de la lengua, pues de esta misma forma.
Y sinceramente, por muy duro que sea todo, se sale aunque cueste, lo bueno llega con empeño y esfuerzo, y yo lo hice escribiendo mi propia historia y siguiendo unos pasos que yo misma cree.Mi historia comienza desde la trágica muerte de un familiar y a la vez empieza con una amistad que se vuelve muy importante en mi día a día.
La muerte de mi tío hizo que muchas cosas cambiasen en mi vida desde pequeña, fue algo duro pero lo que yo no sabía, el motivo por el que murió, a mi me dijeron que con ocho años, el había muerto en un accidente porque mi tío se había pasado de copas. Al ser tan pequeña, por muy unidos que estuvimos no podía hacer nada así que me quede con el amargo sabor de la muerte. Un sabor que me costó mucho superar, y que hoy en día sigo teniendo una pequeña gota de amargor en el estómago. La verdad es que le cogí bastante miedo al tráfico por culpa de eso, y a la vez solo quería coger un coche y despejar mi mente en una carretera llena de curvas, a la velocidad que me diera la gana sin ningún tipo de regla en la carretera. Como él hacía muchas veces para despejarse y evadirse de la realidad.
Con trece años pude por fin coger un coche, y seguir los pasos de mi tío. Yo como el era una gran aficionada a los coches , me encantaban las carreras , y tenía algún coche que otro. Alguno simplemente era de colección, otro igual eran para competir en un futuro y alguno solo lo tenía para un cambio de piezas o incluso probar cosas nuevas en un coche que me diera igual si acababa reventado. A muy temprana edad mis padres me pillaron en una de esas carreras y su solución fue mandarme a estudiar fuera, además de meterme en un comando militar, que la verdad no me hacía ni puta gracia. Me mandaron a un comando italiano, del cual no sabía nada, solo que era italiano. Acepte e hice caso a mis padres ya que me di cuenta que era inútil no hacerles caso, porque por mucho que intente evitarlo fue en vano todo aquello, así que con 15 años me mandaron a Italia.
Hice las maletas llevándome lo imprescindible (aunque no estaba segura de que sería lo imprescindible allí) metí algo de ropa interior, unas zapatillas negras deportivas, algo de ropa y un poco de útiles para el cuidado personal. Cuando estuve lista mis padres me llevaron al aeropuerto para coger el vuelo.
-Seguro que allí te espabilas, y dejas las tonterías por fin.- Me dijo mi padre una vez dentro del coche. Yo solo le eche una mirada y me puse los cascos durante el trayecto. Me echo una última mirada y me dijo - No me ignores, y deja ya tu show de niñata Laura- Rodé los ojos y me acomode mirando por la ventanilla mientras sonaban distintas canciones a través de mis auriculares.
Mi madre no quiso ni despedirse aunque me valió mierda, ya vi que estaba de acuerdo con mi padre en mandarme a Italia a " corregirme" porque según ellos me hacía falta espabilar. Como si con todo lo que he vivido no supiera lo que es la vida, pero bueno lo pensé igual aprendía cosas nuevas como el manejo de armas, autodefensa y igual podía conducir algún coche si es que me daban la opción de elegir en que territorio estar. Durante el trayecto me comentó mi padre, que allí son muy estrictos, y que al principio me harían unas pruebas para ver que intenciones y que nivel llevo de todas las pruebas, además de que era un sitio muy estricto.
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Nada acabó, todo empezó
Novela JuvenilUna historia ficticia mezclada con partes de realidad. Una chica joven con cargas familiares y problemas graves, han echo que cometa errores y terminar siendo obligada por sus padres a llevar una vida que si pero a la vez no le apetece. Afrontara nu...