¿Eso piensas de mí?

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De nada.

Si había algo que me molestaba, eran los proyectos en grupo.

Por mucho tiempo creí que los proyectos en grupos serían lo mejor de la secundaria y la universidad, pero a los años ese pensamiento cambió radicalmente. Exactamente cuando tus compañeros de grupo ya no eran tus amigos cercanos, ahora eran los compañeros con los que te agrupaba el profesor.

En mi caso, nunca tuve mucha suerte con las personas que me tocaban, siempre eran los compañeros que no conocían del todo y uno o dos amigos.

Lo bueno es que ahora estaba con mi mejor amiga Steph, la mejor dibujante del grupo, mi otro amigo Axel, el que formulaba todo para que sonara ordenado y más presentable, un compañero que no conocía de nada, el se encargaba de cualquier PPT o información por internet, Harper que es la más inteligente entre nosotros y por el último Henry...y buenos digamos que sirve para supervisar.

Este año el profesor se encargó de agruparnos a todos con diferentes salones, así conoceríamos a más gente. El problema es que esa gente era de salones con los que alguna vez habíamos competido.

Y solo tenías dos opciones: te terminas llevando bien con ellos, o haces el proyecto solo.

 —Bueno...¿Y ahora qué?

Estábamos todos sentados en la mesa, menos Harper, que se había enfermado. Y el profesor les indicaba un par de cosas a otro grupo, sin mucho interés en el tema.

Steph, que se encontraba a mi derecha, subió la mirada hacía el chico que había hablado. Yo no lo hice, solo me centre en los papeles que nos habían entregado. Axel, tampoco lo hizo. Y Henry..., bueno era Henry, se había ido a comer unos minutos antes de empezar, según él, estaba muy nervioso y eso era lo único que lo calmaba.

 —Yo opinó que nos presentamos -propuso Steph un poco nerviosa-. Lo digo porque no nos conocemos del todo.

No nos conocíamos en nada.

El chico misterioso, era del salón D y no hablaba mucho que digamos. A su lado, pronto estaría Henry, él era uno de sus compañeros con los que alguna vez tuvimos la oportunidad de hacer un proyecto juntos, y ninguno de los dos conocía a Steph oa Axel.

Steph y Alex, tampoco los conocían, claro.

 —Bueno, el único que falta por presentar es él-Alex señaló al chico-. ¿Cómo te llamas?

El chico frunció el ceño al ver que la pregunta iba para él, parecía un poco ofendido.

 — ¿En serio no se sabe mi nombre?

 —Pues, no—respondí yo—. Nunca te he visto en clase.

 —Me llamo Gabriel—soltó de mala gana—. Tu eres Maidely, ella es Steph y el otro es Axel ¿Me equivoco?

El tono en el que me lo pregunto—porque si, me lo pregunto nada más a mí—me intimido un poco. De por sí el ya tenía una voz seca, y muy grave, pero molesto era mucho peor.

Negué un poco incómodo y Gabriel volvió a su sitio. Pero que chico mas irritante ¡Solo no me sabía su nombre! No se tenía porque ofender tanto.

Un silencio eterno se formó entre nosotros que no fue roto hasta que llegó Henry, con una bolsa de papas en mano y una paleta en boca.

Se sentó al lado de Gabriel y este volteo la mirada hacía el otro lado. Henry no le importó, estaba ocupado dándole las papas a Axel. Este lo aceptó, un poco confundido por tal muestra, y le agradeció con la cabeza. Entonces, Henry se dio cuenta del silencio que envolvía a toda la mesa. Sin pensarlo, le dio un codazo a su amigo Gabriel y este volteo los ojos, no le respondió.

Inefable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora