Ella se detuvo, con el revoltijo de su corazón al compas de sus pasos al terminar de correr. Se canso por fin de sprintar al desear perderlo de vista cuando se rehuso a dejarla ir. Tenia el plan perfecto para dejarlo libre y protegerlo de un monstruo, de protegerlo del peligro. De sacarlo de su vida para que tenga una oportunidad mejor que estar con una simple y vil mujer como ella que hacia daño a lo que sea.Vio hacia adelante donde todo comenzó.
Ella no queria que aquel que amo por mucho saliera lastimado, por culpa de un monstruo, de una anomalía y un ser de oscuridad; todo por culpa de su don... por culpa de una demonio como ella.
Ella hullo como pudo hasta llegar a ese jardin de niños donde todo comenzó hace 10 años, con el mismo tono naranja de la tarde donde forjaron su amistad por horas. El incapie de sus vidas y los recuerdos tras los años donde nacio el arma de doble filo en seres iguales pero distintos.
El amor de dos seres que no podian estar juntos.
—Modeus.—lo escucho, a sus espaldas sin cansansio por ese don heredado hace unos meses, el leve brillar de sus ojos al verla darle la espalda cerca de unos columpios.
—Por que lo sigues intentando...—preguntó la demonio, abrazándose a si misma. Temblando de la ansiedad en su cuerpo por culpa de ese joven que anhelaba en sueños desde que la tomo de la mano por primera vez
—Lo sigo intentado por que quiero hacerlo.—musito sincero en sus palabras, ella apreto sus labios
—No puedo estar contigo, lo sabes... yo... yo te hago daño..—volteo para verlo, lo vio ahi parado esperando a por ella. Con vendas sobre sus brazos y marcas en la cara como rasguños ya cicatrizados.
—Eso no me importa.—
—Soy una demonio, sabes lo que significa estar conmigo... esto que tú deseas no durara mucho—
—No me importa, hare que dure hasta la eternidad—
—No entiendo por que te esfuerzas tanto... por que esa maldita necesidad de desear estar conmigo... por que... por que eres tan necio..—la albina llevo sus manos a su pecho, no se sentia bien, para nada. No deseaba esto.—Yo no soy para ti, solo hago el mal en tu vida... yo solo te lastimo, y aunque deseé estar a tu lado se que no sera por mucho tiempo.—
Mas su corazón decia lo contrario, lo tenia enfrente de ella. El chico de cabello en rizos y de color verde. Esos ojos grandes de color esmeraldas que la mataban al verse en ellos. Donde veia los recuerdos que han forjado con el pasar de los años. Aquella sonrisa que le dedico en primer grado como la primera vez que se conocieron seguia intacta. El unico amigo en su vida, una de las personas mas importantes en su vida.
La cual debia de soltar.
—Por que no puedes dejar de amarme... Izuku.—los recuerdos de cuando lo lastimaba pasaron por su mente, la sangre cayendo al suelo al desear ayudarla con el control sobre ella misma.
La unica persona que nunca le ha tenido miedo por nacer del inframundo, su contraparte al ser un ser de luz. Izuku Midoriya, un necio que se rehusaba a dejarla en su soledad por culpa de aquello a lo que llaman dones.
—Simplemente no puedo, Modeus. No puedo dejar de hacerlo... no puedo dejar de amarte cuando lo he hecho toda mi vida—la acorralo sin dejarle chanse de poder seguir huyendo, su mirada tranquila y que demostraba confianza sin verse narcisista al hacerlo.—Que importa si salgo lastimado, que importa si esto no dura para siempre... Yo quiero estar contigo, asi como tu deseabas estar conmigo cuando juramos un dia amarnos hasta que la muerte nos separe.—
—Siempre has sido asi de terco, debes dejar de amarme...—su don la sacaba de quicio, mas alla de ser una persona, ella era una demonio.
Ella queria estar con él, era obvio que lo deseaba. Mas su preocupación por Midoriya era fuerte y no deseaba un dia salirse de control como alguna vez. Cuando mancho de sangre su cuerpo al salirse de control por sus impulsos.
Con el tomar de sus manos por ese joven que calmaba su ansiedad, ese sentir suave de las manos de su ser amado que no le importaba estar con una bestia como ella. Como si de un cuento de hadas siendo descrita por la cruel realidad de emblemas pintados de color frambuesa. El amor de un hombre hacia la demonio mas hermosa frente a sus ojos.
—Modeus, eso lo hare cuando dejes de vivir en mi cabeza, y lo hare cuando mi corazón deje de latir por tu belleza... pero por ahora solo dejame estar contigo hasta que deje salir mi ultimo suspiro por aquella que me hace desear seguir viviendo.—
—Dejame estar con esa maravillosa demonio con la cual anhelo vivir por el resto de lo que me queda de vida—con esas palabras salidas de lo mas profundo de su alma, un hombre enamorado sin importarle lo mas dañino de su pareja, o solo quizas un tonto en el amor. La desdicha los hara elegir.
—...—
Izuku Midoriya la atrapo en sus brazos cuando la peliblanca no soporto mas, sin importarle cuanto daño le ha hecho por culpa de su don, como lo antes dicho al ser un necio que no la dejaria abandonada como muchas personas lo han hecho con el tiempo.
—I-Izuku...—chillo ella, con el corazón en la mano y las lagrimas benditas por romperse de amor en su lugar seguro.
Para Izuku el dolor fisico no le importaba, mas aun ahora que era fuerte. Lo psicólogico lo dejaría para despues. La chica en un acto de amor mordio su cuello masculino clavando sus dientes cual alfiler como muchas veces en el estilo demoníaco, sabia como la joven demostraba su amor por él, a este no le importaba con tal de hacerla sentir amada.
—Es hora de irnos, volvamos a casa, Modeus-chan.—y lo haria hasta que el tiempo se acabase, después de todo, un humano vive menos que un demonio.
FIN DE DRABBLE