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Primera cita.

El tiempo no se sentía bien, el alba de la mañana iluminaba su rostro como si abrumarlo en su calor era su objetivo mientras el viento se tomaba un descanso como si tuviera unas vacaciones muy merecidas a hawái, al parecer aquel no era su día, ni ...

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El tiempo no se sentía bien, el alba de la mañana iluminaba su rostro como si abrumarlo en su calor era su objetivo mientras el viento se tomaba un descanso como si tuviera unas vacaciones muy merecidas a hawái, al parecer aquel no era su día, ni su semana, ni mucho menos su mes, empezando por su rutina matutina donde su despertador lo odia e inesperadamente despertó en el suelo, aunque aquello era un poco su culpa, era tan inquieto como si hubiera tomado un litro de cafeína lo que resaltaba en terminar más veces de las que se sentía orgulloso de contar en la superficie plana que no era tan limpia para tomar una siesta sin haber ya inhalado algunos cuantos pelos de cierto tigre que por alguna razón parecía cambiar de piel cada mes, exceptuando que no era piel eran sólo kilos de pelos.

Decir que Jungkook estaba algo estresado era poco, sentía que en algún momento le iba a dar un acv y a veces con lo débiles que son sus defensas seguro se moría y nunca conseguiría el trabajo que soñaba, tampoco se casaría con Taehyung y mucho menos tendría cachorros con él, la vida era injusta y como mala suerte era su segundo nombre sufriría hasta en el camino para la otra vida, seh, todos lo odian.

Okay, quizás estaba exagerando un poco, un poquito nada más.

Pero la realidad era que Jungkook estaba entrando en una especie de crisis -como siempre- mientras revisaba la poca originalidad y versatilidad en la ropa que estaba en su armario, como la mayoría era holgada y reinaba el color negro, por poco y se jalaba los cabellos buscando algo que ponerse y que se viera meramente decente, no podía pedir mucho a sí mismo, no era la persona más atractiva del mundo y aún le sorprende como Taehyung, aka su mejor amigo alfa, desenfrenadamente guapo y con hermosa personalidad le había pedido una cita luego de haberlo besado, mimado en su celo y básicamente corresponder a sus sentimientos.

Porque sí, estaba preparándose para una cita con el que consideraba su alma gemela y por mucho que sonara cursi, el amor de su vida.

La noche anterior a esto los recuerdos de su celo habían inundado su mente, burlándose de sí mismo y como su omega había mostrado sus más íntimos -y humildes- deseos a su alfa, ¿quería dejar de hablarle a su omega? A veces, lo dejaba descubierto a él y sus sentimientos pero era un llorón sensible y no podría ignorar por más de unas horas al alma en su cuerpo que tanto quería.

Ahora, como una especie de piedad por parte de la diosa Luna a una pobre criatura en crisis, unos toques en la puerta lo hacen perder el hilo de sus pensamientos, una cabellera color menta se asoma y una pequeña sonrisa cruza sus labios, el aroma a mandarinas inunda la habitación de Jungkook lo que relaja su cuerpo que hasta ahora se encontraba tenso. Era Yoongi, el alfa que muchas veces ha considerado como su figura paterna, una parte de su vida que lo hacía sentir menos miserable.

— Ángel, ¿te sientes bien? Puedo oler tu ansiedad hasta mi consultorio. — el mayor entra cuidadosamente a la habitación mientras se quita sus zapatos y se sienta en el escritorio de Jungkook.

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⏰ Última actualización: Mar 23 ⏰

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