Llegamos a Antares, el bar de nuestro pueblo. Elegimos una mesa y comenzamos a charlar de todo. Flor de su novio y de cómo enfrentan su relación después de haber terminado y regresado. Mica de cómo va y viene con el ex. Cami de su nuevo novio. Delfi de sus chongos y yo simplemente hablaba de la facultad.
Hace rato que el amor no tocaba mi puerta y la verdad es que tampoco lo extrañaba. Es decir, a todas nos encanta estar enamoradas pero la realidad es que así estaba bien, no necesitaba de todos los problemas que conlleva estar enamorada. Se que muy en el fondo el problema era yo que no permitía que el amor entrara a mi vida, pero, digámoslo todo, quien en su sano juicio después de haberse criado con un padre violento iba a querer que el amor tocara su puerta? Así es, nadie, nadie después de ver y de criarse solo con esa forma de amar iba a tener ganas de tener novio. Y así fue por años y años. Por supuesto que tuve mis chongos (como decimos en Argentina) y que chape y estuve con diferentes chicos pero ninguno podía ganar mi corazón. Estaba negada a entregarme a alguien y que se repitiera lo que mi papá y mi mamá. Estaba segura de que eso no quería para mi vida y la única manera que encontré de cuidarme fue alejándome. Si, a penas los sentimientos del amor se metían en mi cuerpo yo hacía todo para arruinar y alejar a las personas.
Pero esa noche no pude (o no quise) y los astros, la luna, el universo, dios, las hadas y el resto del mundo se pusieron de acuerdo para que esa noche sucediera el milagro.
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EncontrarTE
Teen FictionFue un día gris, todavía lo recuerdo como si hubiese sucedido ayer. No te esperaba para nada pero sin embargo ahí estabas. En un rincón, bebiendo con tus amigos, sonriendo, siendo feliz o al menos eso yo suponía hasta ese momento. Mientras tanto yo...