INSEPARABLES- Kivi/ Chiara Violeta

Parte 2

                                     NARRA KIKI
Después de la pedazo de charla que nos dio Abril, salimos a comer a la cafetería.
Cuando nos sentamos vimos a una pelirroja de baja estatura parada con su bandeja de comida, sin saber a dónde ir, era nueva, porque iba a mi clase. Ruslala creo que se llamaba.
-Oye vamos a decirle que se siente con nosotros- dijo Martin. Le hizo unas señas para que viniera y se sentase y así lo hizo.
-Hola soy Ruslana soy nueva aquí y no conozco a nadie- dijo un poco nerviosa, así que Ruslana no Ruslala.
-Yo soy Martin- dijo el chico alegre
-Yo soy Kiki, bueno Chiara, encantada, me gustan las mujeres y estoy un poco loca- dije
-Jo pues muchas gracias por adoptarme la verdad es que me sentía muy sola y confundida- dijo la pelirroja.
-Esta tarde podríamos quedar los 3 e ir a dar un paseo por la playa- dijo Martin
-Sí!!- dijimos Ruslana y yo.

De repente escuchamos unas risas detrás nuestro, nos giramos y ahí están Denna, Violeta, Salma, Naiara, Alex y Juanjo, Juanjo era el chico que habíamos visto esta mañana, se ve que es primo de Alex y nuevo en el instituto. Martin no le quitaba ojo.

-Que queréis?- dije
-Hablad con vosotros, antes no hemos tenido tiempo y habéis cambiado mucho este verano- dijo Salma sentándose al lado de Ruslana y acariciandole
-No la toques- dije
-Que es tu novia?- dijo Denna sentada al lado de Martin, Violeta me miraba fijamente.
-Es nuestra amiga, largaos aquí no pintáis nada- dijo Martin mirando a Salma.
-Nos quedamos, chicos sentaos- dijo Violeta sentándose al lado mío, todos le hicieron caso y se sentaron.

Violeta empezó a acariciarme la espalda, debería de estar asustada y en la defensiva pero estaba muy tranquila, demasiado y eso me preocupaba.

-Como sois nuestros amigos del alma, os tenemos que comunicar una cosa- dijo Salma subiéndose a la mesa.
-Escuchad instituto, Violeta y yo os tenemos que comunicar una cosa-Violeta dejo de de acariciarme, pero no quitó su mano de mi espalda- esta pelirroja y yo estamos saliendo- dijo Salma y todo el comedor empezó a aplaudir.

Ruslana, Martin y yo nos mirábamos entre nosotros, sin saber qué decir ni sin saber qué hacer. Mire a Violeta y tenía una expresión seria. Algo ocurría.