2

35 8 22
                                    

Su mente no daba lugar, no podía
A pesar de ser una agente, no tenía la mente de uno, por algo eligio el camino científico.

Vio como con el pasar de las horas todo se volvió un caos

Los policías intentando mantener el orden

Los civiles llenos de terror e incertidumbre

Erráticos, locos, desesperados, enardecidos, sucumbiendo al miedo

el ser humano responde al ambiente, y se adapta, al menos esa es la teoría

¿pero que pasa cuando nadie da respuestas?

no entiendes, no comprendes, dudas llenan tu mente y tú juicio templa

Caos.

Raccon City sucumbe al caos.

Apenas podía moverse por las calles, todo era un peligro, los primeros avistamientos de infectados ocasionaron el panico entre los civiles y aun habían policías intentando controlar la situación

Se movía como podía, horas antes luego de abandonar la mansión Birkin sin tener éxito, siguio buscando

Era imposible, era literalmente buscar una aguja en un pajar, solamente que ese pajar era una bomba de tiempo

¿y si ya la niña estaba perdida?
¿muerta o infectada?

Sentía que era una misión totalmente imposible, apenas tenía información, nisiquiera podía acceder a algo más allá, cámaras de seguridad, testigos siquiera.

Su madre estaba desaparecida y siendo buscada, y el patriarca de la familia había sido asesinado.

Si no podía cumplir, no podía encontrar a la menor de los Birkin, no había más opción.

Jamás quiso ser un soldado, quizás en algún momento esa fue su meta, pero eso ya había pasado, y las condiciones no eran para nada favorables a sus deseos.

Soltó el aire retenido, nisiquiera podía actuar como una agente, jamás creyó que se encontraría en tal situación.

Y ahora mismo se encontraba con un chaleco antibalas y un arma colgada en su espalda.

Jamás creyó que extrañaría tanto una bata de laboratorio y el olor a alcohol.

Y el olor, ese olor

Recuerdos, nisiquiera lejanos, para nada, 24 horas atrás todo estaba bien, estaba tan bien, y recordar el olor a alcohol ahora mismo, además de ser tan común de su trabajo, le recordaba a cierta persona.

Al igual que el arma, pero eso había quedado atrás.

Demasiado para su gusto

—¡Formación!

Derecha, firme y al frente.

No había abandonado su misión, o al menos no de forma oficial, pero al menos si no tenía pistas de su objetivo, no perdería el tiempo.

Su deber es, fue y será, velar por la vida y el futuro de la gente común.

Sea como sea, con un arma, o en un laboratorio.

—La situación en las calles es descontrolada, el ejército ha sellado todas las salidas de la ciudad—hablo el jefe del escuadrón en el cual se encontraba, sus manos entrelazadas en su espalda y su semblante serio daban peso a sus palabras.—. Seremos uno de muchos escuadrones en la zona, su deber es eliminar cualquier tipo de individuo infeccioso, sea hombre, mujer o niño, infectado en su totalidad o en proceso, tenemos un tiempo para actuar y debemos usarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

before sunset | Carlos OliveiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora