*ੈ✩‧₊˚
Si había algo que Joaquín odiaba, era ser una persona que colgaba fácil. Vivía en su propio mundo, alejado mentalmente de todo el caos que era la realidad, pero eso a veces le salía mal.Por ejemplo, tenía a todos sus chats archivados y silenciados, porque no le gustaba que lo molestaran con cosas innecesarias.
Ahora se arrepentía.
Porque entre esos chats, estaba el que tenía con sus compañeros de la escuela y la preceptora. Donde de causalidad esa misma mañana les habían avisado que entraban dos horas más tarde a clase.
Obviamente no lo vió, y por eso ahora se encontraba en una plaza a unas cuadras de su colegio. Puteando a la forra de la preceptora por no avisar con más tiempo, a Julián por no decirle como lo hacía siempre, y al colectivo de mierda que pasaba cada muerte de obispo. Cosa que le hacía imposible volver a su casa y después volver a la escuela, porque encima, vivía en la otra punta de la ciudad.
Dejó caer su cabeza con cansancio en el respaldo del banco en el que estaba sentado. Los rayos de sol que pasaban entre las hojas de los árboles acariciaban su rostro, dándole un poco de la paz que necesitaba en ese momento para no explotar de bronca.
Ahora no le quedaba nada más que esperar, dos largas horas sentado en una plaza de mierda, con hambre y sin haber dormido bien.
La época de exámenes le estaba pasando factura, porque con cada prueba y trabajo que le daban, sus horas de sueño disminuían de forma automática.
Lo motivaba saber que dentro de poco la tortura que era la secundaria se acabaría, y podría por fin descansar como se lo merecía.
Seguiría estudiando el año que viene, por lo que no era tanto el alivio. Pero al menos lo reconfortaba un poco saber que eligiría una carrera que le gustara, y suponía que eso lo volvería menos tedioso.
O eso esperaba.
Estaba a punto de sacar sus auriculares para ponerse a escuchar música, cuando escuchó pasos acercarse en su dirección.
Abrió los ojos lentamente y su alarma se activó en cuanto vió al tipo que venía caminando decidió hacia él.
Aunque no le gustaba juzgar, ni se consideraba una persona clasista, el susodicho tenía toda la pinta del maleante que te desvalija completo con solo mirarte.
En ese momento se dió cuenta de que su celular seguía entre sus manos, y el miedo de que le robe empezó a consumirlo. Estaba solo en la plaza, ya había visto a su alrededor y no tenía a nadie cerca.
El chico desconocido se acercó hasta estar prácticamente frente suyo y se inclinó invadiendo su espacio personal.
- Eh amigo, ¿Todo bien? - El extraño tomó su mano y la estrechó con toda la confianza del mundo, como si fuesen grandes amigos.
Joaquín permanecía estático, sin mover ni un solo músculo y con los ojos bien abiertos.
¿Era necesario mencionar que era sumamente introvertido y este tipo de situaciones sociales lo ponían con los pelos de punta?
Se abstuvo de hablar, temeroso de decir alguna palabra que pudiera condicionar su futuro.
- Escúchame, perdón por caerte así con confianza, capaz pensas que estoy flasheando cualquiera - El morocho se arrodilló frente a él, sin soltar su mano aún. - Pero necesito pedirte un favor -
Un calor comenzó a recorrerlo cuando los ojos oscuros ajenos conectaron con los suyos, y pudo sentir la transpiración descendiendo de manera lenta por su cuello.
ESTÁS LEYENDO
𝑫𝒆𝒍𝒊𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒆 - 𝑻𝒖𝒄𝒖𝒕𝒂𝒓𝒐
Fanfiction¿Qué mejor manera de comenzar su semana encontrándose con un tipo que acaba de salir de la cárcel? Bueno por lo menos el delincuente estaba lindo, y no le robó, así que ya está sumando puntos.