Parte única

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Los habían secuestrado

Gustabo salía de una persecución luego de estrellarse en la BF, intentó hacerla funcionar pero el motor no respondía. —Vaya mierda, no frena—. Llevó su mano a la radio para mandar su 10-20 mientras pedía un 10-32 a su ubicación, para su mala suerte, el único que contestó fue Conway —para más cagarla— exhaló cansado mirando al cielo, el cual comenzaba a nublarse —parece que va a llover— murmuró y sacó un cigarrillo, luego de encenderlo, comenzó a gastarlo recargandose en las barandas del puente, a la espera de su jefe Conway.

—Hay unos hijos de puta siguiendonos desde hace un rato— pronunció con un poco de dificultad, intentando no dejar caer el cigarro de entre sus labios sin soltar el volante —esa puta mierda de mini— señaló con un movimiento de cabeza el mini que pasaba por delante de ellos.

—Lo veo otra vez y lo empapelo— comentó el copiloto, anotando la matrícula del mini en la PDA cambiando de tema —¿a quién cojones vamos a recoger?—

—A Gustabo, el gilipollas estaba en una persecución y se ha estampado—

—Ah vale. Hombre, ver a Gustabiño nunca viene mal— pronunció con un tono alegre y una leve sonrisa. La mejor forma de darse un respiro del ajetreado día: ver a la rubia.

Su segundo cigarro estaba a punto de terminarse y unas cuantas gotas comenzaban a caer. —Puto viejo— reclamó en voz baja mirando sus manos: "debería comprar crema" Pensó al ver como estas estaban secas y ásperas. Mientras divagaba en sus pensamientos, a lo lejos escuchó su nombre, el cual repetían con más insistencia cada vez y el último llamado finalizó con un insulto.

—CAPULLO!—.

Vió al viejo escupir sus palabras con enojo —ostia, llegó Jefe, no lo había escuchado— caminó hacia la puerta trasera y entró en el auto en silencio. No tenía ganas de discutir y menos con alguien tan desagradable como él, esos últimos días le tenía menos paciencia al viejo.

—No, si se nota que no has escuchao Gustabiño— habló Freddy con una pequeña sonrisa en el rostro, la cual salía cada vez que veía al rubio. Por alguna razón este siempre le causaba gracia —Te has estrellado, pavo— comentó volviendo a acomodarse en su lugar.

—Si, la puta BF no frena— respondió con un tono molesto y adolorido. No se sentía bien, sin caer en el porqué, asumió que era por su estúpida caída, pero dentro de él sabía que era por algo más. Por cada minuto que pasaba sentía que tenía menos control sobre su cuerpo. Se sentía ahogado, atrapado bajo un manto, como si alguien más estuviera manejando su auto, aún cuando él era el conductor.
Pasó su mano por su frente en dirección al cabello, ordenándolo en un fallido intento de despejarse.
Llevaba desde anoche sintiendo que algo olvidaba, pero no lograba descifrar el que.

Los dos superiores comenzaron a hablar entre ellos, ignorando al rubio, que estaba a punto de quedarse dormido mientras miraba por la ventana las gotas de lluvia impactar contra el asfalto. Freddy le dedicaba algunas miradas y sonrisas al rubio cada que lo veía a través del retrovisor, miradas y sonrisas a las cuales Conway no les daba mucha importancia, ya que iba concentrado en el mini que los seguía.

◇ 

Un choque y gritos lo despertaron de su profundo sueño.
Gustabo despertó mareado, sus ojos no lograban enfocar —qué mierda— su cabeza daba vueltas y sentía como algo caliente bajaba desde su sien hasta su barbilla, tocó el líquido para comprobar: "sangre". Confirmó. ¿Un choque? No, ¿por qué habrían tantos gritos si fuese eso? Observó hacia afuera y vió tanto a Conway como a Freddy apuntando con sus armas a tres tipos de negro mientras les gritaban.

Secuestro||•OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora