La fama cae sobre él como una tormenta de nieve. Completamente sofocante y abrumadora.
De repente debe mudarse de departamento y crearse redes sociales privadas, porque las que usa con normalidad ya pasan los 200 mil seguidores.
Ser famoso sienta bien hasta que afectas a las personas que están a tu alrededor; y no se refiere a los vecinos viejos que no entienden porque su buzón siempre esta lleno de cartas, sino a su pareja, que debe aguantar todo escondido de la mirada del público.
Mirando el techo de la habitación junto a Blas, se pregunta cómo el chico se muestra tan tranquilo frente a la situación estresante que están viviendo.
Blas no habla mucho, de vez en cuando tiene sus momentos y no se calla más, pero generalmente, no dice casi nada.
Esteban busca la mano ajena entre las sábanas, tan pronto como la encuentra, entrelaza sus dedos. Blas sonríe a su lado.
—¿En qué pensás tanto?—El de rulos pregunta, sin despegar la vista de las estrellitas brillantes que pegaron en el techo.
Kuku suspira. Blas no tiene nada que ver con su melancolía, por lo que responde y ejerce presión sobre su mano.
—¿Cómo podés manejar esto?—Su voz contiene algo de angustia. Blas acaricia su pulgar con el suyo— Lo hacés casi de maravilla.
El chico entiende enseguida a lo que se refiere. La fama y toda la paranoia. Esteban trabajó en un rol casi protagónico en una serie que voló el rating de Netflix Argentina. Por su excelente actuación y (para qué mentir) su impresionante belleza se volvió el hombre de las redes en tan sólo la emisión del primer capítulo. Su fama y sus seguidores comenzaron a escalar desde entonces.
—¿Acaso vos no podés?—Se ríe Blas, girándose hacia él— Sos un actor precioso, acostumbrate a estar en el punto de mira.
Kuku le mira de reojo antes de voltearse también y quedar cara a cara.
—Toda esta mierda es nueva para mí—Admite, ahogándose con confianza en los grandes ojos cafés de su flaco.
Blas le sonríe con dulzura. Su otra mano acuna su rostro. Kuku suaviza la mirada por el hecho de que la mano de Blas sea más grande que su cara, y eso le parece tan tierno.
El chico no menciona que también es todo nuevo para él. No está en el ojo del público, nadie lo conoce y mucho menos se sabe que es la pareja de Esteban, en realidad, ni siquiera se sabe que él tiene pareja. Simplemente lo apoya como puede, sin quejas absurdas que le bajarían el autoestima a Kuku.
Qué importa que ya no puedan salir juntos tomados de la mano. O que hayan tenido que borrar las fotos que compartían en la cuenta principal de Esteban. Nada se siente lo suficientemente valioso comparado con el reconocimiento que su novio merece.
Blas cruza una pierna por sobre la cadera de Esteban, atrayéndolo un poquito más
—Hay un montón de pendejas que quieren con vos, ¿sabés?
Es lo que más le sorprendió. La cantidad de mensajes románticos y subidos de tono que recibía cada día eran incontables. A este punto, un mes desde que se publicó el último capítulo de la serie, ya ni veía los mensajes y su manager administraba sus redes.
—Bocha de gente te quiere—Sigue Blas, soltando su mano para rodear su cuerpo con los brazos—. Yo te re amo.
El hombre sonríe contra su cuello cuando se acomoda, cuando Blas lo tiene pegado a él, como si no quisiera alejarse nunca.
Esteban siente que está atravesando una nube de amor.
La comodidad, el sentido a casa que le brindaba Blas era algo inexplicable.
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𝐌𝐞𝐞𝐭 𝐦𝐞 𝐚𝐭 𝐌𝐢𝐝𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 ᵇˡᵃˢ ˣ ᵉˢᵗᵉᵇᵃⁿ
Fanfiction―Di lo que quieras y hazte viral. Yo sólo necesito este espiral de amor.