Capítulo 75: Observación de la lección (1)

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Si las iniciales son C.R. entonces... Solo hubo una persona que se me vino a la mente.

Además, ese bastardo era también la única persona que podía hacer que un regalo tan elegante apareciera de repente en mi habitación a esta hora de la noche.

Pensé en la puerta del balcón que estaba abierta de par en par cuando salí del baño con las bestias divinas.

Esa actitud suya que le hace entrar y salir de la habitación de otra persona a su antojo, seguía siendo la misma.

"...... Aunque, supongo que si da regalos de cumpleaños".

Podría haberle pedido fácilmente a su asistente, David, que me lo entregara, así que no estaba seguro de por qué lo hizo personalmente.

La tarjeta no tenía ninguna palabra de felicitación, pero la volví a doblar y la guardé.

Luego miré la caja dorada que brillaba tanto que me dolían los ojos.

"Demy, mira esto. Probablemente podría obtener suficiente dinero para alimentarnos por el resto de nuestras vidas si vendiera esta caja".

- Screeech

Demy chilló en voz alta en señal de acuerdo.

Rhea, Perry y Percy también se habían reunido alrededor de la mesa, mostrando su curiosidad hacia la caja.

Coloqué a Percy sobre la mesa, ya que no podía volar con sus alas mojadas, y abrí lentamente la tapa de la caja.

El objeto del interior era difícil de mirar porque el resplandor del dormitorio hacía que pareciera incandescente

Me quedé boquiabierto porque no era algo que esperaba en absoluto.

"Wow. ¿Una taza? No. ¿Una campana? Es una campana. Qué bonito".

El cristal que era completamente transparente hasta el punto de que podía mirar a través de él, era una campana que había sido elaboradamente y espléndidamente hecha.

Era lo suficientemente pequeño como para que todo, incluido el mango, cupiera en mi mano.

La luz se reflejaba a través del cristal, iluminando el techo y las paredes mientras lo sostenía y le daba la vuelta.

Había joyas del tamaño de la uña de mi dedo meñique alrededor de la cintura de la campana. Todos parecían tan caros como los diamantes o los berilos.

La combinación de colores hizo que parecieran versiones más bonitas de las gemas del infinito.

"Pero no tiene un badajo".

Murmuré mientras agitaba la campanilla.

Miré adentro porque no escuché nada. Realmente no tenía un badajo.

Su único uso parecía ser como accesorio.

'¿Es tal vez una herramienta mágica?'

"¿Eh?"

Metí la mano en la campana, en estado de shock.

El Príncipe Imperial parecía haber escondido algo en lo más profundo de su interior. Solo yo habría sido capaz de verlo.

Las yemas de mis dedos tocaron lo que parecía papel. Rápidamente lo saqué y lo abrí.

'¿Es un manual?'

'Mi amado Losna'.

Era esa nota.

La sospechosa nota de Usil que Sadie me había quitado en el Palacio Imperial había sido devuelta.

Segundo Protagonista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora