unique.

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Nene, seré tu predador esta noche

Voy a cazarte, te comeré vivo

Tal vez crees que puedes esconderte

Pero puedo oler tu aroma de lejos

Pero puedo oler tu aroma de lejos

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—¿Estas bien, Sanzu?.— preguntó Muto al ver como el Omega se detenía mirando hacia atrás, buscando algo.

Alguien.

—Nada es solo que creí que alguien nos estaba siguiendo.— murmuró teniendo la sensación de estar siendo observado.

—¿Ah? Yo no sentí nada.— el Alfa también se dio la vuelta.

—No importa. Debí imaginarlo.— dijo no muy seguro, no era la primera vez que tenía esa sensación.

La sensacion de tener unos ojos siguiendo todos los pasos que daba.

Soltando un suspiro tembloroso y dando una última mirada continuó caminando al lado del alfa. Debían llegar a la reunión en el templo abandonado y ya iban tarde.

Trató de ignorar la intensa mirada en su espalda, tal vez... Solo tal vez estaba siendo paranoico.

De todos modos nadie se fijaría en un Omega defectuoso como él. Con un rostro marcado de manera brutal. Unas marcas en las camiseras de sus labios que le hacían ver feo y sin gracia. Y no importa que su cuerpo tuviera la complexión que todo Omega debe tener, no importa que su apariencia fuera la de una muñeca que todo alfa u beta quisiera convertir en su compañero. Nada de eso importa porque para el resto de personas Sanzu no es agraciado como los Omegas deben ser.

Sanzu era un Omega qué aun no presentaba su primer celo a pesar de tener la edad suficiente para su presentación y poder encontrar al alfa qué estaría junto a él por el resto de su vida. Mentiría si dijera que no se encontraba ansioso por conocer a la persona unida a él aunque fingiera no tener interes en los temas del amor y las leyendas de La Diosa Luna que entrelaza las almas de sus hijos los descendientes de los antiguos lobos para pertenecerse desde miles de años atrás hasta la actualidad. Almas gemelas hechas para estar juntas sin importa el tiempo ni la edad.

Sanzu muchas veces se imagino como sería esa persona, si sentiría la conexión en sus viejas almas que una vez más están listas para unirse. Otras veces cuando el pesimismo y la baja autoestima lo embargaba y su mente lo traiciona puede verse a si mismo en la soledad de su vida rodeado de parejas que han tenido la bendición de la Diosa Luna.

No, no debe pensar así, el fatalismo no le hará bien. Aun queda tiempo.

La voz de Mikey hace que salga de sus cavilaciones y entonces lo ve.

No es como se supone que todo Alfa deber ser. No entra en el estándar de la jerarquía. Parece más un beta, pero no lo es, Sanzu puede olerlo, puede verlo en su postura, en la mirada oceánica y aura imponente. Puede que no tenga el físico tosco y marcado, ni la altura prominente qué debe. Pero los colmillos puntiagudos que relucen cuando Mikey lo presenta al resto de los capitanes y miembros de la pandilla lo hacen estremecer. El escalofrío recorre su cuerpo de la punta de sus pies hasta la base de la nuca oculta tras su largo cabello.

animals ;; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝘀𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora