Revelaciones Nocturnas.

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La luz de la lámpara de noche pintaba sombras ondulantes en las paredes, creando un ambiente íntimo en la habitación de Theo. Sentados en la cama, Theo y Harry compartían confidencias en susurros, como si temieran romper la magia de aquel momento.

Theo se tomó un momento antes de responder, su mirada buscando la de Harry, tratando de anticipar su reacción ante lo que estaba a punto de revelar. 

— Tengo un... trastorno extraño— dijo finalmente, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.

Harry frunció el ceño, sus ojos verdes brillando con confusión.— ¿De qué se trata?— preguntó, su curiosidad palpable en el aire.

Una sonrisa amarga se curvó en los labios de Theo mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.— Padezco de sexomnia— confesó, esperando que Harry entendiera la gravedad detrás de esas palabras.

La respuesta de Harry fue una ceja alzada y una pregunta desconcertada.— ¿Eso se come?— bromeó, intentando aliviar la tensión con humor.

Theo soltó una carcajada, agradecido por el intento de su amigo de hacer la situación menos pesada.— No exactamente— respondió, su voz suave con un toque de melancolía.

— ¿Seguro que quieres quedarte a dormir conmigo?— preguntó Theo, tratando de disfrazar su preocupación bajo una capa de ligereza.

La respuesta de Harry fue un gesto despreocupado.— ¿Si supiera qué es eso tendría que no estarlo?— replicó con una sonrisa, sin darse cuenta del peso de sus palabras.

Theo asintió, agradecido por la confianza que Harry tenía en él.— Totalmente— dijo, tratando de ocultar sus propias dudas bajo una máscara de seguridad.

Pero Harry, con su habitual confianza, no se amilanó.— No puede ser tan malo. He dormido con Ron. Parece que está haciendo un ritual guatemalteco. ¿Qué puede ser peor que eso?— bromeó, su sonrisa burlona iluminando su rostro.

Theo inhaló profundamente, preparándose para lo que vendría a continuación.— Que tengo sexo inconsciente mientras duermo, sin importar con quién— admitió con sinceridad, dejando que las palabras pesadas flotaran en el aire entre ellos.

El silencio se apoderó de la habitación mientras Harry procesaba la revelación. Finalmente, rompió el silencio con una sonrisa tranquilizadora.— No importa qué, Theo. Estoy aquí contigo— dijo, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de su amigo.

Con el peso de su secreto compartido, Theo se relajó, sabiendo que tenía a Harry a su lado, listo para enfrentar cualquier desafío juntos. Y así, en la quietud de la noche, su amistad se fortaleció aún más, forjada en la confianza y el apoyo mutuo.

''La tarde caía lentamente sobre el estacionamiento de la escuela mientras Theo y Harry se dirigían hacia el carro de Theo. La tensión por la tarea de ciencias pesaba en el aire, pero Harry parecía determinado a no dejar que su amigo se escapara de sus responsabilidades.

— Theo, la tarea tiene un valor de treinta puntos, ¡treinta puntos!— exclamó Harry, gesticulando exageradamente con las manos mientras hablaba.— ¿Sabes lo que eso significa? ¡Exacto! Que no te dejaré ir de fiestas ni mucho menos tomar durante este fin de semana hasta que terminemos la tarea.

Theo rodó los ojos, acostumbrado al perfeccionismo de su amigo.— Siempre eres tan perfecto, Harry. Me refiero a perfeccionista— murmuró, bromeando sobre la obsesión de Harry por la excelencia.

— Que dramático— masculló Theo, continuando su camino junto a su amigo.

Harry se apresuró a defenderse.— ¡No soy dramático! Lo que pasa es que me preocupa nuestra calificación. Además, no te dejaré reprobar porque si repruebas me quedaré solo y sin amigos. No dejaré que te alejen de mí— dijo, colocando una mano reconfortante en el hombro de Theo.

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