˖ ࣪ ‹ CHAPTER ONE 🌈 💌 ⁺˖ ⸝⸝ Una pequeña y corta (larga) lista
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El día estaba soleado. Habían globos en forma de corazón, propuestas de matrimonio, parejas tomándose de la mano y mientras tanto: allí estaba Valentina, sentada en una banca de un parque junto a su mejor amigo, viendo como todos estaban junto a su pareja menos ella.
Que forma para pasar el 14 de febrero.
No la tomen a mal, estaba en lo que se podía denominar su era dorada. Donde siempre había querido estar, tenía amigos maravillosos y una familia que la adoraba, pero simplemente no podía negar que ver aquellas personas tan enamoradas le arrugaban el corazón. Mucho más cuando pensaba que era algo que había soñado desde pequeña.
Podía fácilmente vivir sin una pareja, no estaba vacía emocionalmente. Por el contrario, se sentía lo suficientemente capaz de tener una relación sana y estable y no verse psicológicamente afectada, pero, no le caía una sola mosca si quiera y tampoco movía cielo y tierra por intentar algo y eso estaba bien.
Ella creía que estaba bien.
Estaba bien cuando de niña veía que cada princesa conseguía su principe azul. Estaba bien cuando veía las mil y un propuestas de matrimonio en redes sociales. Y también estuvo bien en el momento en que todo su círculo social empezó a presumir lo felices que eran con sus parejas.
Bueno, tal vez no estaba bien.
No. Definitivamente no estaba bien.
Los únicos que sabían de su descontento sobre su escasa vida amorosa eran: Sus padres y Walker, su mejor amigo. No recuerda cuando se conocieron ni el porqué, solo sabe que son inseparables desde entonces y que ha sido uno de los soportes más grandes en su vida desde que llegó a Estados Unidos.
—Hey, si no te vas a comer el helado dámelo a mi en vez de darle puñaladas con la cuchara —intervino Walker, arrebatándole su helado de las manos.— Si quieres que te de un poco me avisas, por el momento me lo como yo.
No hubo respuesta por parte de Valentina.
—Oye ¿Estás bien? Justamente te invité a salir porque estabas triste, ¿pasó algo?
—Quiero novio. —soltó de repente.
—¿Perdón? —si Valentina no supiera el lenguaje de su amigo con la boca llena definitivamente no hubiera entendido nada.
—Eso. Que quiero un novio. —subió los hombros rendida.
La vista de Walker se posó en Valentina,— ¿Y se puede saber cómo es que llegaste a esa conclusión? ¿Estás así solo por eso? —poniendo su brazo en el espaldar de la banca en la que estaban sentados.
