The Heist

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Este era el día que Félix más temía. Un día que la mayoría de la gente debería esperar con ansias. Un día sólo para ellos. Su cumpleaños. No para él. Oh no, el día nunca fue para él. Era una fiesta para que sus padres consiguieran descaradamente negocios disfrazados de su fiesta de cumpleaños.

Estaría lleno de viejos ricos y snobs que se creen el centro del universo. Gente rica cuyo mayor temor era tener un patrimonio neto inferior a 30 millones.

De hecho, era su gran cumpleaños número 21. Un gran hito que fue recibido con una gran celebración. Celebración es la palabra clave para que más personas establezcan contactos.

De todos modos, Félix se puso su mejor atuendo con un conjunto marrón claro a juego. Los pantalones tienen una sensación aterciopelada a juego con la camisa. Estaba cortada por la mitad con una V visible con tres botones de color marrón oscuro hacia abajo. Era ligeramente corto y cualquier movimiento haría brillar su delgada pero bien definida cintura resaltando su piel dorada.

La V de su camisa tenía el propósito de mostrar el collar con diamantes incrustados alrededor de su cuello. Brillaba hermosamente contra la su piel tersa. Las joyas brillaban con cualquier luz que los tocaran en su camino. Había al menos mil pequeños diamantes alrededor de su cuello. Eran tan pequeños y delicados.

El collar se llamó "Les Larmes de la Reine" o Las lágrimas de la Reina. El valor rumoreado rondaba los 50 millones pero en realidad, los padres de Felix pagaron alrededor de 150 millones. Fue un regalo de cumpleaños anticipado. Es lo que le dijo la madre de Felix. Lo que Felix realmente escuchó fue: " Usa esto con nuestros mayores inversores, muéstralo ".

Esta era una gran ventaja de los planes de sus padres. Recibía regalos increíblemente caros de sus padres.

Con un profundo suspiro, Felix se dirigió hacia la planta baja de su casa. Podía escuchar las charlas de los invitados de sus padres desde las escaleras. Su disgusto se hizo más amargo en su lengua a medida que se acercaba más y más a las voces.

"¡Ah, Felix mi amor! ¡Aquí estás!" Dijo su madre en voz muy alta con una sonrisa extravagante.

"Sí, aquí estoy". Felix igualó su energía. Puso su cara de anfitrión con una sonrisa falsa pero acogedora. Sus ojos se iluminan con cada risa falsa.
Escaneó la habitación buscando a su mejor amigo Lee Minho. Se unieron a través de situaciones compartidas. Él también era un niño rico atrapado por su privilegio.

Pero al menos Minho tenía sus propias fiestas o el chico misterioso que conoció en el bosque. Felix estaba atrapado sin salida. Se enfrentaba a lo mismo en todas las fiestas, sin nuevos atractivos visuales ni nada por el estilo. Había intentado salir con los amigos de Minho pero eran demasiado relajados y desordenados para Felix.

Mientras Minho creció en una familia millonaria, Felix creció como multimillonario. Eso decia el collar estúpidamente caro en su cuello. Los multimillonarios poseían un nivel de elegancia que los millonarios no tenían.

Cuando Felix vio a Minho en la barra, cortésmente se excusó de la conversación inútil que estaba teniendo. Se abrió paso entre la multitud con un "muchas gracias" cada vez que alguien le deseaba un feliz cumpleaños.

"¿Bebida?" Le preguntó un camarero. Llevaba una camisa blanca con botones y un chaleco negro con remolinos florales incrustados que solo eran visibles cuando captaban la luz. Tenía pantalones negros lisos a juego con el atuendo. Lo que era claramente visible eran los músculos que no se camuflaban bien en el traje a medida.

"N-No, gracias". Félix tartamudeó. Nunca había tartamudeado pero lo hizo con este hombre tan guapo enfrente. A diferencia de cualquiera que haya visto antes y tomando en cuenta que había visto a hombres guapos. Rápidamente pasó junto al hombre y se encamino con su amigo.