Pavel es un chico que le gusta jugar con los sentimientos de las mujeres, las ilusiona y luego les rompe el corazón por mera diversión.
Un día una de sus ex novias decide vengarse de él y acude donde una supuesta bruja, pero el resultado a su petici...
Pavel Phoom es un joven universitario de veintitrés años de edad, le gusta salir de fiesta y divertirse con sus amigos, pero sobre todo eso le encanta jugar con las chicas que siempre parecían estar enamoradas de él.
Su lista de ex novias era extremadamente larga ya que ninguna fue lo suficientemente buena como para durar más de cinco días con él. A raíz de esto a Pavel se le conoce como un chico mujeriego que solo parece divertirse rompiendo los corazones de todas las personas a su alrededor.
Hasta que un día, una de sus ex novias decide tomar venganza. Pavel se había burlado del amor que le tenía, por lo que necesitaba darle una cucharada de su propia medicina. Acudió hacia una bruja muy conocida en la ciudad, iba con la idea de pedirle que realizara un fuerte amarre hacia el joven mujeriego para que este se enamorase de ella por el resto de su vida.
O aquella bruja al parecer no era tan buena haciendo su trabajo o simplemente había ignorado por completo las estúpidas peticiones de una chiquilla resentida por amor, ya que por su propia cuenta, decidió realizar un hechizo totalmente diferente al que la joven esperaba.
Tal vez esto si le daría una verdadera lección al muchacho.
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Pavel se despertó como un día cualquiera, pero esta vez sintiendo su cuerpo algo extraño. Por alguna razón había despertado recostado en el suelo y parecía que todo a su alrededor había triplicado su tamaño, ¿o es que él se había vuelto más pequeño?
Intentó hablar para llamar a su hermana, pero lo único que salió de su boca fue un pequeño maullido, frunció el ceño y caminó hasta el gran espejo de su habitación, dándose cuenta en el trayecto que sus largas piernas ahora se habían convertido en unas peludas y tiernas patitas negras.
El espejo reflejaba la imagen de un pequeño gatito negro, eso era lo único que sus ojos podían ver. Su corazón latía con fuerza y sentía que en cualquier momento se desmayaría de la impresión.
