Little Cat ~ PoohPavel

l o v e

El final...

Pooh dejó de amasar la masa sobre el mesón de madera de la cocina, y sonrió cuando vió a la pequeña niña jugar con la harina en sus manos ensuciando su lindo vestido rosa.

— Papi —le llamó con su tierna voz—. ¿Cuándo terminarás de cocinar mi pastel?

— Pronto —fue lo único que dijo para seguir con su trabajo—.

La niña hizo un pequeño mohín con su boca y se cruzó de brazos, ensuciando aún más su vestido. Pooh la miró de reojo y negó con la cabeza deteniendo esta vez por completo sus movimientos. Limpió sus manos contra su mandil y se acercó hasta la pequeña para tomarla entre sus brazos.

— Papá está ocupado haciendo tu pastel, ¿de acuerdo? —le dijo mientras salía de la cocina y se dirigía hasta el mostrador—. ¿Qué te parece acompañar a tu tío Pon mientras papá termina?

La sentó sobre la mesa del mostrador y acarició sus castaños cabellos, Pon quien se encontraba terminando de recibir el dinero de un cliente la miró de reojo y le sonrió.

— Bien —dijo la niña y después comenzó a jugar con las cosas que estaban sobre la mesa—. Love esperará a papá aquí con tío Pon.

— Buena chica —acarició su cabeza y luego volvió a la cocina—.

Love era una hermosa niña de cinco años de edad, tenía el cabello castaño largo y ondulado en las puntas, con unos ojitos grandes y de color miel que parecían volverse amarillos con el sol. Ella había llegado a sus vidas con tan solo dos meses de nacida, cuando una mujer decidió dejarla abandonaba en una caja de cartón en la parte trasera de la cafetería de Pooh.

Pavel recuerda haber salido a botar la basura y escuchar los pequeños llantos ahogados de un bebé. Después de llevarla al médico, llamar a la policía y hablar con algunos abogados que pudiesen apoyarles con el caso, lograron adoptarla como su hija y la llamaron Love, porque era un nombre corto, bonito y que representaba lo que ambos sentían uno por el otro.

Han pasado cinco años desde entonces, cinco años desde que Pavel volvió a ser un humano por completo. Sucedió de la noche a la mañana, como por arte de magia, y realmente ninguno estaba cien por ciento seguro de cual fue el motivo para que la maldición se rompiera, pero igualmente estaban muy felices porque por fin podrían estar juntos con tranquilidad.

— Hola Pon —saludó Pavel mientras entraba cargando unas cajas de cartón—. Hola Love.

— ¡Mami! —gritó emocionada y trató de bajar del mostrador—.

Pavel dejó las cajas a un lado y se acercó para cargar a la pequeña quien inmediatamente se colgó de su cuello. Dejó unos pequeños besos en la abultada mejilla de la menor y luego volvió a sentarla sobre la mesa.

— ¿Qué haces aquí? —enarcó una ceja—. Creí que estarías ayudando a tu papi a hacer tu pastel de cumpleaños.

— A papi no le gusta que le ayude —hizo un tierno puchero—. Así que me trajo con tío Pon.

Pavel cruzó miradas con el joven que atendía la caja registradora y no pudo evitar reírse levemente. Desordenó el cabello de su pequeña y volvió a cargar las cajas de cartón que había dejado en el suelo.

— Dejaré esto en el almacén y volveré para jugar contigo, ¿de acuerdo?

— ¡Siii!

Camino al almacén se cruzó con Topten y Benz quienes peleaban acerca del color que mejor combinaría con la decoración para celebrar el cumpleaños de la pequeña Love. Dejó las cajas en su lugar y luego entró a la cocina para ver a su novio entretenido preparando varios postres a la vez.

— Espero que ese pastel salga realmente delicioso, porque sino Love estará muy enojada contigo —soltó divertido mientras apoyaba su cadera contra una de los mesones—.

— Lo siento —le sonrió de lado—. Sabes que amo a nuestra hija, pero realmente necesito tener todo listo a tiempo para su fiesta de cumpleaños.

— Lo sé —se acercó a él y besó su mejilla—. Me la llevaré un rato al parque a jugar, mientras tú terminas de cocinar y Topten con Benz tratan de llegar a un acuerdo por el color de la decoración.

Pooh soltó una pequeña risa mientras negaba con la cabeza y siguió trabajando en los postres para el cumpleaños de su pequeña hija.

La tarde llegó al fin y Pavel apreció la hermosa decoración que se encontraba organizada a lo largo del amplio jardín de su casa, claramente una obra de arte hecha por Topten, Benz, Nut, Lee y Pon.

Los invitados comenzaron a llegar poco a poco y Love ya se encontraba corriendo de un lado a otro junto a sus amiguitos.

Pooh suspiró algo cansado mientras se recostaba junto a él y apoyaba su cabeza contra el hombro de su novio.

— Realmente necesito descansar —se quejó—. Creo que he preparado más de quinientos postres hoy.

— Tal vez en la noche me anime a darte un pequeño masaje —sugirió con una sonrisa en el rostro—.

— Oh por supuesto que lo harás —se inclinó para besarlo—.

— ¡Mami, Papi!

Se separaron al escuchar los gritos de su pequeña hija y giraron sus rostros para verla correr hacia ellos. Pooh se agachó para tomarla entre sus brazos y Pavel le dió un pequeño beso en la mejilla cuando la tuvo a su altura.

Pon quien pasaba por ahí aprovechó para tomarles una linda foto familiar, que posteriormente enmarcaron y que por muchos años después aún la conservaban colgando en una de las paredes de la amplia sala de estar de su hogar.

Pavel había sido un joven que no creía en el amor, que jugaba con los sentimientos de las mujeres por mera diversión, y que por culpa de ello terminó recibiendo una maldición que atormentó su vida durante muchos meses.

Claro que hasta el día de hoy Pavel se encuentra eternamente agradecido, porque gracias a esa maldición fue como llegó a la vida de Pooh.
Gracias a esa maldición conoció al que ahora es el amor de su vida y con el que formó una hermosa familia.

Tal vez necesitaron pasar algunos años hasta que Pavel se diera cuenta que lo único que necesitó para romper el hechizo fue encontrar a alguien que le demostrara lo que era el amor de verdad.

Porque Pooh amaba a Pavel.

Y Pavel amaba a Pooh.

Porque ambos se amaban y se amarían hasta el final de sus tiempos.

M&A