Son exactamente cinco días sin saber de mi padre. Lo he llamado pero su teléfono suena apagado. Es muy raro que no se haya contactado conmigo, siempre está pendiente de mi, soy hija única, siempre nos hemos tenido el uno al otro. Mi madre murió cuando yo era una bebé así que mi padre tuvo que hacerse cargo de mi, y desde entonces hemos sido inseparables. ¿Para mi? Es el mejor padre del mundo.
- Helaine, tu padre aparecerá, no te preocupes. Quédate conmigo esta noche, no quiero que estés sola, no te ves bien. -Dijo mi novio mientras me acariciaba el pelo luego de reclamar que estuve ausente durante el sexo que acabamos de tener.
Estoy a nada de volverme loca. A mis 22 años estoy a nada terminar mi carrera universitaria, emprendiendo un negocio nuevo y mi padre desaparecido. Y si, hay personas que tienen más problemas que eso, pero ¿qué harías si tu única familia desaparece?
- No puedo, tengo que levantarme temprano mañana, es la presentación de mi tesis ¿recuerdas? -me levanté y empecé a recoger mi ropa mientras sentía su mirada clavada en mi espalda.
- Si, lo recuerdo. Puedo llevarte, no se te hará tarde lo prometo. No quiero dejarte sola. Heli...
- Que estoy bien, de verdad -lo interrumpo, me acerco y le doy un beso corto- nos veremos mañana y te digo como me fue.
Me aparto acomodando mi ropa y tomo mi bolso saliendo de ese apartamento, me sentía bien con Matt, a veces era un poco controlador e intenso pero lo amaba, nadie es perfecto, Pero mi Matt casi lo era. Alto, fuerte, ojos azules como el mar en verano y pelo oscuro como una noche sin luna. El sexo es bueno y me consiente bastante, a pesar de que me ha hablado sobre matrimonio varias veces siempre evito el tema. Soy joven y honestamente no tengo tiempo para un bebé, apenas me puedo desayunar bien y no me imagino tener que darle comida a un bebé y cambiar pañales a cada nada.
Acostada en mi cama miro la pantalla de mi teléfono esperando como todos los días una llamada que me dijera que mi padre estaba bien.
-¿Donde estás? -susurré para mi misma mientras veía una foto de ambos en un lago donde solíamos ir a pescar algunos fines de semana para pasar tiempo padre e hija.
Me espanto con la vibración de mi teléfono cuando entra una llamada de Sofía.
- ¡Jefa! Mañana recuerde que tenemos reunión con Gustaf Abbey. ¿Ha sabido algo del señor Frost?
- No. -suspiro- No hay llamadas, ni mensajes, ni nada aún.
- Perdón... ¿quiere que cancele la reunión? -puedo notar su tono de vergüenza.
- No. Es esto es importante, si cerramos trato puedo poner mi propio laboratorio y crear los productos con mi propio equipo, y tal vez hacer productos para más marcas, pero eso lo veremos mañana.
- Bien, entonces nos vemos mañana Jefa. Descanse, y espero que el señor Harry esté bien.
- Yo también lo espero, Sofía. -cuelgo y de nuevo me quedo mirando la pantalla fijamente.
-
4:25 am. Despierto por el timbre de mi teléfono. ¿Quién carajos llama a estas horas? Tomé el teléfono y miré la pantalla, "número desconocido". Dudé un poco pero al final respondí.
- ¿Hola?
- Hija, necesito que salgas ahora del apartamento.
- ¿Qué? ¿dónde estás? ¿cómo sabes que estoy en casa? -Tenía muchas preguntas en mi cabeza, pero me aliviaba saber que estaba bien.
- Escucha, no hay tiempo. Toma tus cosas y sal de ahí, el chofer te espera en el estacionamiento, hazlo ahora. -se escuchaba preocupado e impaciente-
- ¿Que está pasando? -me senté en la cama un poco desorientada por el sueño que aún tenía.
- He cometido un error, y ahora gente peligrosa está detrás de mi. Descubrieron que eres mi hija y van por ti, así que sal de ahí en los próximos cinco minutos por favor, un Jet te estará esperando y nos vemos aquí.
- ¿Dónde estás? -dije levantándome, empezando a buscar ropa y mis documentos. Sonaba muy en serio y luego de casi seis días de perdido le creía totalmente, mi padre no era hombre de hacer bromas.
- Eso lo sabrás después hija, te quiero. Ahora sal de ahí.
Antes de que pudiera decir algo más colgó, miré el teléfono por unos segundos sin entender nada, ¿qué estaba pasando? Reaccioné unos segundos después y casi corrí a mi closet tomando una maleta y empacando algunas prendas básicas, no sabía a dónde iba pero confiaba en él. Tomé mi pasaporte y mi bolso y salí del apartamento, caminé rápido hacia el ascensor y al abrirse las puertas entré, justo cuando lo hice un hombre alto, robusto con pelo rubio apareció por la puerta de escaleras de emergencia, cuando me miró sabía que venía por mi. No tendría mejor pinta de delincuente, se notaba a kilómetros. Corrió hacia mi pero las puertas del ascensor se cerraron antes de que pudiera llegar.
Jadeo entrando en pánico. Entonces era cierto que venían por mi. ¿pero por qué? Eso se lo preguntaría a mi padre al llegar a donde sea que esté. Las puertas se abrieron y corrí con mi maleta hacia donde usualmente se aparcaba mi padre.
- ¡Enciende el auto Joel! -le grito al chofer quien estaba parado esperándome, sin perder tiempo abrió mi puerta y como si mi maleta no pesara nada la tomó y la subió.
Entro al auto y miro hacia atrás asegurándome de que no viniera ese hombre mientras salíamos del estacionamiento. ¿De qué error hablaba mi padre? Siempre había sido un hombre correcto y me había enseñado buenos valores, tenía una empresa constructora importante y nos iba bien, me había ayudado a poner mi propio negocio, aunque su deseo era que trabajara con él en su empresa. Pero no eran mis gustos y quería enfocarme en algo que amara hacer.
Estaba a unas calles del edificio donde vivía cuando vi que explotó una parte. ¡ERA MI PISO!, negué mientras mi vista se empañaba por las lagrimas que empezaban a salir, el chofer se alejaba a toda prisa mientras yo solo veía las llamas y el humo alejarse.
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NO ES MI CULPA +21
ActionAdvertencia. Este libro incluye contenido sensible relacionado a abusos, maltrato, consumo de drogas y escenas sexuales explícitas. Recomendado para mayores de 21.