Lo más difícil que pudimos pasar ambos fue aferrarnos a una realidad bonita y que está llegara a un momento que se acabaría, no sabíamos cuando, ni a que momento sucedería, solo éramos dos jóvenes enamorados del uno con el otro, pero tú seguirás y y...
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" 𝑽𝒊𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒑𝒊𝒐 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐. "
23 de abril de 2024.
Mi cuerpo temblaba, sentía pánico, miedo, nervios, estaba aterrado, ¿ Por que mierda tenía que pasar ésto?, solo apenas estaba llegando a mí trabajo, y ya tenía que escucharlo, escuchar esa voz cuya me daba pavor, ¿ Por qué mierda me pasaba esto a mí?
Frente aquella puerta de madera grande, me encontraba yo parado, pensando dos veces si entrar o no, sabía que sí me tardaba más mientras lo pensaba el regaño sería peor, pero... También sabía que al entrar estaría hablando con el propio diablo.
Me arme de valor, ese poco que me quedaba y agarre de las manillas de esa gran puerta para poder abrirla, lentamente entre a la Oficina y ahí estaba él de espaldas a mi, viendo a una de sus pinturas costosas, con una Copa de vino en su mano y su otra mano se encontraba guardada en el bolsillo de su pantalón.
── S-Señor... ── Mencione con mi voz algo quebrada, me costaba soltar las palabras de mi boca, era como si mi lengua se hiciera un nudo súper fuerte y no pudiera decir nada...
── Me llamaba... ¿ p-para que soy bueno? ── Exprese mientras mis dedos jugaban consigo mismos a causa de los nervios que tenía, Pero el peli negro no dijo ni una sola palabra, solo terminaba lentamente de su Copa de vino, mientras movia de esa con una delicadeza increíble, Taehyung era un hombre de completo poder...
Al terminar de absorber y saborear de la última gota de ese vino, el mayor se dio la vuelta quedando frente a mí, cogió un pañuelo y limpio de su Copa con cautela dejando de esta a un lado luego junto a su pañuelo encima.
El pelinegro se sentó y su mirada rápidamente conecto con la mia, penetrando en mis ojos oscuros, haciendome sentir un escalofríos que recorrió todo mi cuerpo, de cabeza a pies, sintiendo como mis piernas se debilitaban, como si dos cuchillos fueron clavados en ellas.
── Jeon jungkook. ── Ese tono de voz grave, ese tono contralto que solo él lo solía caracterizar, me hablaba con seriedad, su postura era recta, demostrando la clase de persona que era.. ── Me haz llegado otra vez tarde, Es la segunda vez esta semana y ya estamos a jueves. ¿ Qué se supone que deba hacer contigo? ── Señor yo... Lo lamento tanto ense-...
── Callate, en ningún momento te di el derecho de palabra. ── Su tono de voz se había elevado, pero este seguía manteniéndose firme y su expresión seguía neutra, fijada en mí, solo mostrando odió.
Paulatinamente retrocedió hacia atrás, apoyando su espalda y dejando caer todo su peso en el espaldar de su silla, mientras tomaba una pluma color azul y sus dedos finos y largos jugaban con ella.
── Cada día me das un dolor de cabeza, jungkook, solo debes agradecer que te he tenido mucha paciencia, hubiera sido en otro. Momento y ya estuvieras despedido. ── afirmo el mayor mientras seguía jugueteando Con la pluma, esta vez sin dirigirme la mirada.
