Capítulo 04.

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Entraron a la habitación del hotel de Jungkook porque era la más cercana, entre chasquidos de besos y manos inquietas. Las manos de Jungkook aferradas a la cintura de Jimin, mientras que el rubio acariciaba el cabello de la nuca del alfa.

Habían salido del restaurante demasiado apresurados para terminar algo que estaban esperando desde la tarde.

Tomaron el primer taxi que vieron y se subieron rápidamente, ansiosos por llegar y poder terminar con el fuego calcinador que estaban sintiendo en sus cuerpos.

Jungkook estaba demasiado concentrado en apartar la mano del omega acariciando su entrepierna de la vista del conductor. El ojimiel disfrutaba ver la mandíbula tensa del mayor y sus miradas de advertencia. El alfa pensaba que se lo cobraría cuando llegaran al hotel.

—Mierda, Jungkook. No sabes cuanto necesito sentirte ahora —Jimin gimió en su oído y Jungkook lo tomó por el cuello, besando sus labios.

—Estás soltando tus feromonas, omega. Y soy el único que puede olerte —el mayor trató de tranquilizar a Jimin, pero parecía poseído, por lo que tuvo que agacharse para abrir las ventanas del taxi.

Se mordía el labio inferior de forma seductora y se acercaba para gemir el nombre de Jungkook en su oído.

El alfa le gruñía al conductor cada vez que desviaba los ojos y miraba por el espejo retrovisor.

Así que cuando habían llegado a su destino, un Jungkook sumamente desesperado pagó al conductor un poco más de la tarifa por soportar a dos pasajeros muy hormonales.

Ni siquiera pudieron esperar hasta llegar al cuarto cuando ya estaban en el elevador frotándose el uno con el otro, con las manos de Jungkook acariciando el abdomen del otro por debajo de la camisa de vestir. Jimin besaba el cuello del alfa recordándole lo mucho que lo calentaba.

—Mírate, alfa. Ya estás duro por un simple omega como yo —el omega pasó su mano lentamente por su pantalón, acariciando su entrepierna por encima de la ropa.

Casi fueron vistos por una mujer de limpieza, pero Jungkook fue más rápido y se separó, tomando a Jimin de la mano para correr por el pasillo hasta su habitación.

Abrieron la puerta rápidamente y el alfa la cerró con su pie, automáticamente se cerró y ellos caminaron hasta la habitación aún besándose.

Llegaron hasta la cama, donde el mayor empujó levemente a Jimin para que cayera de espaldas, desabotonó la camisa con una rapidez impresionante para después morder y besar los pezones del omega. Jeon juraba que los gemidos del menor eran la octava maravilla del mundo y se sentía afortunado de ser el único que los provocaba y escuchaba.

El ojimiel levantó su brazo y empezó a tirar levemente del cabello de Jungkook, sabía cuánto lo hacía enloquecer. Así que disfrutaba hacerlo.

El mayor levantó la vista de su torso y ayudó a Jimin para que quitara la camisa por completo. Siguió dejando besos húmedos por su torso hasta llegar a su abdomen plano, donde acarició con sus dedos los botones del pantalón que llevaba. Recordó que el omega todavía llevaba los zapatos, así que se alejó y los quitó sin demora. Retiró los calcetines y besó el tobillo desnudo del rubio, besando un pequeño tatuaje.

Volvió a estar sobre él, ahora cerca de su rostro. Jimin lo besaba como si la vida dependiera de eso, besó y chupó los labios de Jungkook, acercándolo por la corbata.

Los miembros de ambos ya estaban erectos y duros, buscando liberación. Y el lubricante resbalaba por los muslos del omega, llenando la habitación del aroma a excitación.

El alfa se separó de los labios del omega para quitar por completo el pantalón. Cuando Jimin quedó en la última prenda, las bragas rojas de encaje, pensó que no era justo que Jungkook siguiera vestido.

the city lights  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora