Mi Marido Bestia

26.

Capítulo 26: Criando faisanes

"¡Yo mismo pillé esto ayer!"

Tang Guo le puso los ojos en blanco. Se levantó, sacó el cepillo de dientes improvisado que había hecho ayer, se cepilló los dientes y se lavó la cara.

Aunque se llamaba cepillo de dientes, en realidad era una rama de sauce rota. Consideró que era muy útil cincelar fibras suaves desde un extremo.

Bai Ye estaba bastante sorprendida. "¿Lo atrapaste tú mismo?"

¡Pensó que Pebble y los otros mocosos la habían ayudado a atraparlo!

No pudo evitar inclinarse hacia un lado de la jaula y olerla con atención. ¡De hecho era sólo su propia aura!

No pudo evitar mirarla más profundamente. La Estrella de la Sabiduría había despertado. Esta habilidad realmente había crecido. No pudo evitar sentirse impresionado. Se preguntó qué otras habilidades tenía ella que él no conocía.

"¿Qué es esto?" preguntó, señalando la rama de sauce que tenía en la mano.

"Se llama cepillo de dientes. Lo usas para cepillarte los dientes".

Tang Guo ignoró su mirada inquisitiva. Como él ya había encontrado una excusa para ella, que así fuera. Definitivamente sabría más y más cosas en el futuro. Cuando llegara el momento, tendría que dar una explicación.

Después de lavarse, primero revisó al par de faisanes.

Las especies primitivas del Mundo de las Bestias no habían sido domesticadas. Estos dos faisanes tuvieron la suerte de alcanzar el vehículo líder. En ese momento, estaban muy deprimidos. Después de estar encerrados durante un día y una noche, ¡todavía estaban muy irritables!

Sin embargo, la jaula de vid tenía un superpoder. No importa cuánto lucharon, fue inútil.

A Tang Guo no le importaba si la entendían o no. Simplemente tocó la enredadera y advirtió lentamente: "Sé buena y pon huevos para que los coma. Si no estás dispuesto a cooperar, te mataré y haré sopa. ¡Creo que la sopa de faisán de ayer estaba deliciosa!

Bai Ye se sorprendió. "¿Entonces ella no se los va a comer, sino que se los va a quedar?" Él frunció el ceño, pensando que ella estaba condenada a la decepción. En el pasado, alguien de la tribu había intentado criar animales salvajes, pero todos habían fracasado.

De repente, alguien caminó hacia ellos. Bai Ye estaba a punto de salir a cazar cuando vio esto y se detuvo. Se sorprendió aún más al ver a Archie arrojar diez faisanes muertos frente a Tang Guo. La carga inaugural de este capítulo se realizó a través de N0v3l.B(j)n.

Tang Guo felizmente trasladó los diez faisanes muertos a la cueva.

Bai Ye le dirigió una mirada inquisitiva.

¿Qué pasó con ella misma cuando atrapó el faisán?

Tang Guo dijo: "Milo me compensó por esto. ¡Además de estos diez muertos, también me darán veinte vivos!

En ese momento, no pudo evitar sentirse molesta. Podía tejer una jaula con enredaderas para mantenerlas dentro por el momento, pero una vez que el número aumentó, ¡no le pareció apropiado mantenerlas en jaulas!

Tenía que encontrar un lugar rápidamente y primero construir el gallinero.

Bai Ye dijo: "Enciérremoslos en la cueva".

No creía que ella tuviera éxito, pero no estaría de más dejarla intentarlo. Mientras ella fuera feliz.

"¿Cerrar con una cueva?"

No era imposible, pero sintió que sería excesivo usar una cueva habitable para guardar el faisán.

Bai Ye la llevó hacia abajo para verlo.

Resultó que las cuevas donde vivían los orcos de la tribu estaban ubicadas a gran altura. Aunque había algunas cuevas pequeñas en lugares como este que estaban muy cerca del suelo, básicamente nadie vivía en ellas.

Sólo entonces dijo: "Aquí hay demasiada humedad. Los Hombres Bestia no se sienten cómodos viviendo en él por mucho tiempo, así que todos se mudaron a un terreno más alto".

¡Así que ésta era una cueva abandonada!

Dicho esto, Tang Guo entró en una cueva sin ninguna carga psicológica. Estaba casi directamente debajo de la cueva de Bai Ye, pero era mucho más pequeña que la cueva de Bai Ye. Eran unos veinte metros cuadrados.

¡Perfecto para criar faisanes!

En ese momento, ataría enredaderas a la entrada de la cueva y les agregaría algunos superpoderes para evitar que salieran. También evitaría que las bestias salvajes y similares entraran a robar pollos.

¡Perfecto!

Sólo entonces Bai Ye preguntó: "¿Por qué Milo te compensó por el faisán?"

"Además, ¿están vivos y son tantos?"

Tang Guo de repente recordó que esta persona era el líder de la tribu Back Cliff. En rigor, el macho de Milón había cometido adulterio con otra hembra. Esto también se consideró un asunto importante que ponía en peligro la unidad y estabilidad de la tribu. También estaba bajo su jurisdicción, ¿no?

Entonces, ¿debería advertirle o no?

Tang Guo nunca había hecho algo así antes, porque en el pasado, ella había estado en la cima de la cadena alimentaria en el mundo apocalíptico. Esas minucias eran cosas de las que debían preocuparse sus subordinados.

Todavía no estaba acostumbrada al repentino cambio de rol.

El cambio sutil en su expresión no pasó desapercibido para Bai Ye. Estaba a punto de preguntarle con más cuidado cuando la voz de Milo sonó fuera de la cueva. "Tang Guo, ¿puedes salir un momento?"

Tang Guo se sorprendió. "¿Milo la estaba buscando por los veinte faisanes vivos?"

Aparentemente, Bai Ye también lo pensó. No pudo evitar suspirar. "Hay tantos como quieras muertos. Será un poco difícil capturarlos vivos".

Los orcos estaban acostumbrados a abalanzarse sobre sus presas y morderlas hasta matarlas.

"Sé lo que estoy haciendo. ¿No tienes algo que hacer? Date prisa y vete".

Tang Guo no podía soportar que él la siguiera a todas partes. ¿Qué le pasaba? ¿Había tomado la medicina equivocada y cambiado su personalidad?

Milo llegó sola y no había ningún varón siguiéndola. Avergonzado de estar al margen, Bai Ye se fue a cazar.

Aunque Tang Guo tenía diez faisanes, vivían en su cueva, por lo que era mejor comerse las presas que cazaba.

Una vez que Bai Ye se fue, Milo se relajó visiblemente. Miró a Tang Guo y empezó a decir algo, pero se detuvo. Finalmente, dijo: "Tang Guo, lo que pasó ayer fue mi culpa. Yo... ¿puedo pedirte un favor?