Breve prólogo
Me llamo Gala Gay, tengo veinticinco años y soy profesora de literatura y escritora. Hace unos días tuve la desgracia de enterrar a mi madre, desde entonces me siento muy triste, no solo por haberla perdido sino porque tengo la sensación de no haberla conocido.
A los catorce años me ingresó en un colegio interna donde hice el bachiller, volvía a casa durante las vacaciones, pero mi rebeldía me enfrentó a ella y no pudimos conocernos mutuamente. Reconozco que fue culpa mía, pero nunca supe arreglarlo. Cuando llegué a la universidad viví en un piso de estudiantes y apenas si me relacioné con ella.
Sin embargo, jamás me faltó nada ni me exigió nada a cambio. Nunca he sabido quien era mi padre, tampoco me interesó. Sin embargo hoy me gustaría haber preguntado más sobre él, saber por qué me crió sola. Saber si fue decisión suya o lo fue obligada por las circunstancias. Hoy con veinticinco años por primera vez la echo de menos. Mi madre, qué tenía mi mismo nombre, ha muerto relativamente joven, de repente, su corazón se paró y no ha tenido tiempo de preparar su despedida.
He vuelto a la que fue mi casa para recoger sus recuerdos y me he quedado fría al entrar. Cómo si mi corazón no latiera. Me he tumbado en su cama a llorar. Cuando me he despejado he comenzado a visitar todos los rincones de la casa. Todo me pertenecía. Las ropas y lo que pueda ser aprovechado lo entregaré a Cáritas para que alguien pueda volver a utilizarlos, lo demás lo llevaré a mi casa de campo y lo quemaré.
Sobre la mesita de su dormitorio, mi última novela que parece no ha terminado de leer. Al abrir el cajón veo un libro de aspecto raro con un dibujo pegado en la portada, una luna ovalada y un título: “El diario secreto de Gala”. Al abrirlo compruebo que se trata de un manuscrito que comenzó a escribir con quince años. Comencé a leerlo por curiosidad y me caí sentada sobre la cama. ¡Dios! Todo es sobre sus experiencias sexuales. ¡Joder! Yo no quiero leer esto ---pensé en primer lugar --- me sentía mal leyendo sus intimidades. Pero sin querer comencé a leer. Llevaba dos horas leyendo cuando me di cuenta de que me dolía terriblemente la cabeza. Metí el libro en mi bolso y me marché. Por la noche terminé de leerlo. Se trata de relatos en primera persona sobre sus experiencias sexuales. Mi madre era adicta al sexo. Yo nunca lo hubiera sospechado.
Casi al final del libro descubro una carta de una editorial para publicar su historia. Le dice que debe corregirse algunas cosas y otras eliminarlas. Eso me hace reflexionar y aunque no sé cuál hubiera sido su decisión final, he decidido publicarlo tal como ella lo escribió.
A continuación, las aventuras sexuales de mi madre Gala Gay.
Si queréis ponerse en contacto conmigo lo podéis hacer al siguiente correo: galageyescritora@gmail.com