Es difícil para mí poner en palabras todo lo que siento en este momento. Han pasado incontables horas desde que nuestras vidas se entrelazaron, desde que nuestras risas resonaron juntas y nuestros sueños se compartieron en un pacto silencioso. Pero ahora, en este momento lleno de pesar, me encuentro escribiendo, justo cuando creí que ya había dejado de hacerlo.
Recuerdo cada instante de esos casi cuatro años que pasamos juntos. Cada recuerdo está impregnado en mi mente, desde los días soleados hasta las noches oscuras donde solo la luz de nuestra complicidad iluminaba el camino. Pero, como los cambios de estación que transforman el paisaje, nuestras vidas también han cambiado y nuestras sendas se desviaron.
No puedo negar que esta despedida me llena de tristeza. La idea de no tenerte a mi lado me deja un vacío que parece insuperable. Pero entiendo que algunas veces, los caminos que debemos tomar nos obligan a separarnos de aquellos a quienes más queremos.
Aunque nos despidamos ahora, quiero que sepas que el amor que compartimos no se desvanece con el tiempo ni con la distancia. Seguirá ardiendo en lo más profundo de mi ser, recordándome los momentos felices que compartimos y enseñándome lecciones valiosas que llevaré conmigo en mi viaje.
Te agradezco por cada sonrisa, cada abrazo, cada palabra de aliento que me diste. Eres parte de quien soy hoy, y siempre te llevaré conmigo en mi corazón. Aunque nuestros caminos ahora se separen, sé que nuestros destinos están entrelazados de alguna manera, y tal vez algún día, en algún lugar, el universo nos reúna de nuevo.