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Hola a todos. Bienvenidos a Cautivo, mi nueva historia JimmySea. Espero que la disfruten.

Cautivo
Por: Adriana Jongcheveevat.

Reino de Siam. Año de 1767. (Sea 9 años / Jimmy 11años)

Cuando sus miradas se encontraron por primera vez, le pareció más un animal salvaje, feroz e indomesticable que un ser humano en realidad. Aquella criatura que estaba siendo sometida por los guardias del palacio no era más que un muchachito extremadamente delgado que intentaba por todos los medios liberarse del agarre de los implacables escoltas encargados de velar por la seguridad de los monarcas dueños de aquellas exóticas tierras.

Resultaba evidente que oponer resistencia no estaba siendo su mejor estrategia a seguir, la fuerza y vitalidad que gozaban los guerreros de élite del reino no podían compararse con la obvia fragilidad y endeblez que aquel chiquillo presentaba a simple vista. Y sin embargo, a sabiendas de sus propias desventajas, parecía no querer darse por vencido. Sus ojos reflejaban rabia... o tal vez miedo. Ambas, quizás. O probablemente tenía un espíritu irremediablemente combativo.

- Lo mejor es que se mantenga alejado, joven príncipe - uno de los guardias le habló al príncipe cuando notó que éste, movido por el alboroto y por una innata curiosidad, había llegado hasta donde ellos se encontraban.

- ¿Por qué le están haciendo daño a ese muchacho? ¿Cuál es el crimen del que se le acusa? - preguntó el príncipe que pese a su corta edad, tenía prácticamente la misma autoridad que su padre.

- En realidad lo hemos rescatado su alteza - replicó el guardia - los piratas que hemos abatido en el golfo de Siam lo tenían como un vil prisionero y sin embargo parece no sentirse agradecido con su rescate - dijo con molestia al final. Parecía desear algún tipo de reconocimiento o recompensa por su "favor".

Cualquiera que viese dicha escena diría que aquello no parecía ser precisamente un rescate. El muchacho permanecía encadenado de pies y manos y un enorme collar colgaba de su cuello. Además, iba descalzo y con la ropa prácticamente desgarrada. Se retorcía con brusquedad como deseando irse de ahí lo más pronto posible y su suciedad mezclada con sangre seca, bañaban casi por completo su cuerpo, dejando ver el mal estado en el que verdaderamente se encontraba.

- Yo creo que tan solo está asustado - murmuró el príncipe mirando con cierta pena a aquel muchacho que no parecía ser mucho mayor a él. Sin embargo, cuando pronunció aquellas palabras, el contacto visual que mantenía con el prisionero se rompió con el último aliento de éste antes de desfallecer.

***

"La bestia", como despectivamente habían decidido llamarlo los guardias, había tardado varios días en no representar una amenaza latente para todo aquel que lo custodiaba. Dicho ser ya no se abalanzaba sobre los guardias cada vez que los veía con la finalidad de hacerles daño, no obstante, en su mordaz mirada aún podía apreciarse el recelo y la desconfianza que les tenía. Tal vez... y solo tal vez estaba esperando el momento preciso para dar su golpe de gracia.

El joven príncipe, no había perdido la oportunidad de hablarle a su padre sobre la presencia de aquel misterioso muchacho que sus hombres habían "rescatado". El primogénito del rey, de por sí curioso por naturaleza, estaba siendo demasiado insistente al siempre querer hablar del dichoso chico, así que el rey decidió verlo con sus propios ojos para saber por qué aquel desconocido había cautivado tanto a su sucesor.

Por lo que al enterarse el príncipe de que su padre había solicitado que le llevasen al que más que rescatado parecía prisionero, se colgó de su brazo como una tierna sanguijuela pues por nada del mundo quería perderse la oportunidad de ver al muchacho una vez más.

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