Llevo casi un año saliendo con mi novia, siempre fuimos muy cercanos y una linda pareja, ella es bastante hermosa, aunque algo fría, es mayor que yo por un año, de todas maneras le tengo mucho cariño. Usualmente salimos a pasear o a pasar rato en mi casa, rara vez visito su vivienda.
Nos encontramos en la universidad a diario, ya que recién ingresé a esta misma, me es cómodo pasar tiempo con ella, entre clases comemos y nos besamos donde los profesores no nos puedan ver, nos gusta la adrenalina. O eso piensa ella, la verdad es que a los profesores no les importa si nos ven besándonos o no, como quiera me gusta hacer que la pase bien.
Ella siempre me dice que hacer, yo no tengo problema con eso, también vamos solo a donde ella quiere, a veces me pongo a pensar que quisiera que me tomara en cuenta, pero no importa, yo la amo mucho para enfocarme en eso.
Una tarde ella me invito a pasar a su departamento por la noche, obviamente acepte y fui entusiasmado, lleve conmigo comida y cervezas para tomar juntos, así como una película en un DVD, se que ya no se usan, pero hacen la experiencia algo especial. Por otro lado, esa noche yo iba con la intención de hablar sobre un tema importante para mi.
Cuando por fin llegue, abrí la puerta y las luces estaban apagadas, percibí a un aroma cálido y floral en la habitación, llame por su nombre pero no me respondió, deje las cosas en el comedor y me adentre al pasillo que llevaba a su habitación para buscarla, me estaba empezando a preocupar, di unos pasos sigilosos hasta que pude ver lo que ella tenia listo para mi, oí el agua de la regadera, la vi terminando de ducharse, note que en varios rincones del lugar habían velas aromáticas y un par de condones en la cama.
Sentí como mis mejillas se calentaban y se tornaban rojizas, no tenía contemplado esto pero me agradan este tipo de sorpresas. Cuando mi novia salió de la ducha, la mire excitado
— Amor.. ¿Qué es todo esto..?— Dije curioso.
Ella, sin decir una palabra dejó la toalla en el suelo. Se abalanzó sobre mi haciéndome caer en la cama, nos besamos sensualmente por un buen rato, luego la empuje un poco para poder siquiera decir algo.
— Hah.. Oye... Quisiera hablar algo contigo antes de seguir con todo esto.— Titubeé.
— Ah claro, perdón por ir a las prisas, estaba muy emocionada de verte.— Se sentó para escucharme.
Suspire un poco tratando de acomodar las palabras para comentar con ella lo que tenia planeado. Temblorosamente empecé a hablar.
— Umm.. Yo.. Bueno.. Quisiera platicarte algo sobre.. mis preferencias sexuales.— Exprese mientras me miro asustada.
— Hm? Acaso eres gay David??— Yo sonreí con nerviosismo y negué moviendo mi cabeza hacia los lados.
— Oh! Noo! No es eso, para nada.— Desde un principio ella estaba sacando ideas precipitadas, suspire de nuevo y aprete los dientes, luego la tome de la mano y decidido a que no me interrumpa más, fui directo al grano.
—Es sobre como me gastaría que me trates en la cama, veras, es que yo soy masoquista...
Ella me miro sin saber de que estaba hablando, luego de un rato con mis palabras en el aire, su mirada confundida se convirtió en una de disgusto total, fue quitando su mano de la mía lentamente mientras se echaba para atrás.
— ¿Que?.. A esos les gusta que les peguen no? eso no era de las mujeres? Si yo te golpeo ahora mismo, se te pararía?— Empecé a asustarme por la mala impresión que me mostraba.
— Mira, no es como tu piensas.. ósea si me gusta pero-.
Antes de que yo pudiera decir algo más, ella se levantó de la cama y tomo su toalla del suelo cubriéndose torpemente el pecho, me interrumpió por ultima vez y con un tono serio y frio.
— Lo siento David, yo pensé que te conocía.. pero parece que no, yo no soy ese tipo de chica.. me incomoda todo eso de los masoquistas o.. eso, no entiendo como puede gustarte, será mejor que te vallas de aquí.— Luego de oír sus palabras, mi corazón latió con rapidez, estaba bastante confundido yo también.
— No! Cariño déjame explicarte..— Intente acercarme a ella de nuevo estirando mis brazos, luego ella me azotó la mano.
— No, vete de aquí David.. por favor.
Con mis ojos llorosos salí de su casa, llevándome conmigo solo mi teléfono y cartera. Al salir de su edificio, lagrimas cayeron por mi rostro, yo trate de contenerme pero terminé llorando, sentía que me moría por dentro, estaba helando afuera, sentí como mis manos se congelaban y el aire frío que respiraba me lastimaba los pulmones, como pude me senté en una parada cerca, espere temblando con las lagrimas frías y tome el autobús que me llevaba a mi casa. Sentado en el autobús recargue mi cabeza en la ventana y luego la quite, la ventana también estaba muy fría, no me quedó más que encogerme de hombros y esperar. Al llegar a mi casa me percate una notificación reciente, recibí un mensaje de mi novia que decía "Terminemos".
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al leer ese mensaje que rompía mi corazón abruptamente en mil pedazos, todo el empeño que había invertido, todo el cariño que le tenía, todo a la basura.. ciertamente dentro de mi ser me sentí traicionado, pero no la culpo, incluso si yo jamás la forcé a nada, la respete y la ame con mi vida entera, aun así me miro como si fuera la peor persona en el universo. Esa noche me enterré en mi cama a llorar hasta quedar exhausto, como un niño pequeño, me dolió que me dejara por algo tan pequeño, o al menos yo lo vi de esa forma, jamás creí escucharla correrme de su dormitorio, aunque en realidad me corrió de su vida entera. A la mañana siguiente, mire el mensaje una y otra vez, pensando que quizás fue un mal sueño o como si fuera a desaparecer por arte de magia. No tenía ganas de hacer nada, comí una sopa instantánea que encontré en mi alacena y volví a dormir hasta mucho más tarde.
Empecé a faltar a la Universidad, no quería cruzar miradas ni por un instante con ella, tenía miedo de que me volviera a apuñalar con esos ojos crueles que tiene, como quisiera abrazarla y arreglar las cosas, pero nada en la vida es así de fácil.
Escuche mi puerta ser golpeada de forma histérica y desesperada, no sabia ni que día era, solo quería dormir, quienes tocaban la puerta parecía que querían romperla, me levante de mi cama hecho un desastre.
— ¡¡David, abre la puerta ya!!.— Grito la voz.
Reconozco ese tono, es Bella, y con tantos golpes a la fuerza parece que viene acompañada de Joan.
—¡Está bien! No tienen que hacer un alboroto...
Al abrir la puerta mis amigos entran bruscamente a mi casa, mirándome preocupados y cansados de reclamar.
— ¡David! Nos tenías preocupados ¿Qué demonios te está pasando?— Joan me abraza.
Al verme de esta manera tan descuidada, yo no pude evitar llorar un poco, también me dio sentimiento el que mis amigos se preocuparan tanto por mi bienestar. Trate de calmarlos, al momento nos sentamos en mi sala y les conté todo.
Joan y Bella son amigos míos desde que estábamos en bachillerato, crecimos juntos y nos conocemos mejor que nadie, creo que, después de mi familia, ellos son lo único que me queda, Joan es un chico muy amistoso y extrovertido, no es muy guapo pero tiene sus encantos, su cabello rubio siempre se dio a destacar entre nosotros tres, en cuanto a Bella es una chica bastante hermosa, alta y de cabello largo, tiene a su novia que se llama Maite, también conozco a Maite desde joven, aunque no soy tan cercano a ella.
— Ah.. Dios mío David, nunca creí que terminaran así de mal...— Dijo Bella dándome palmadas en la espalda.
— No te preocupes amigo, las chicas vienen y se van, aun nos queda mucho por vivir, eres increíble tal cual como eres.— Dijo Joan mientras me abrazaba con cariño.
Sentí la calidez de sus palabras y su apoyo incondicional, era afortunado de tenerlos a los dos.
ESTÁS LEYENDO
No Necesito a un Niño Como Tu
Romance(Contenido +18) David Collins es un chico recién ingresado de la universidad, acaba de terminar con su novia de la noche a la mañana, su relación de casi un año iba bastante bien hasta que llego el día en el que David confeso que era masoquista... J...