| Día 4: Desierto |

424 56 13
                                    

{ Narrador omnisciente }


12:00

Dos días después, fueron al mismo sitio a la misma hora. La foto de Kaya y la foto de Thomas ya se habían hecho virales en Instagram, gracias a que Ki Hong, Alex y Tessa también la habían publicado desde la publicación de Thomas y Kaya.

Mientras Tessa caminaba del brazo con Kaya, se dio cuenta de que casi todo el elenco ya le seguía devuelta en Instagram, igual que más de mil seguidores nuevos.

—Oye, ¿me estás escuchando? —Kaya llamó su atención.

—¿Qué? —giró la cabeza hacia la actriz.

—Decía que vamos a tener que grabar hoy algunas de las escenas del desierto, y hace muchísima calor. —Contó, moviendo la mano, abanicándose.

—Ah, ya —ella dijo, dándole su teléfono a una de las de staff cuando dijo que tenían que ir a arreglarse.

—¿Sabes? La gente se piensa que tienes algo con Dylan, ya que han visto que el otro día llevaste su sudadera. —Kaya le informó, ambas entrando ahora a uno de los camerinos que habían vacíos.

Tessa frunció el ceño y cerró la puerta cuando las de vestuario y maquillaje también entraron con ellas.

—¿Va en serio? —Kaya asintió con la cabeza—. Todo ha sido culpa de Thomas, le dije que eso iba a traer problemas.

—Thomas siempre ha sido muy vengativo respecto a sus 'peleas' con Dylan. Es una competición constante. Aunque hace unos meses que Dylan lo ha dejado con Britt, seguro que esto llamará la atención.

—Sí, deberías desaparecer de las redes por un tiempo —le apoyó Rosa, quitándose las gafas de sol al llegar a la caravana.

—¿Qué? —ella frunció el ceño.

—Por fin estamos aquí —suspiró Katherine, entrando junto con Nathalie.

La caravana en realidad era solo para Kaya y Teresa, pero como solo eran cuatro chicas en la película a parte de la actriz que hacía de Ava y la actriz que hacía de Mary, decidieron compartir el camerino.

—Desaparece de las redes, hazte la misteriosa. —Añadió Kaya, sentándose en una de las sillas frente a un gran espejo que recorría casi toda la pared de la caravana—. Eso siempre les da curiosidad.

Las maquilladoras y estilistas rieron, empezando a integrarse en la conversación de las actrices.

—Tessa, siéntate aquí, por favor —pidió una de las mujeres, señalando la silla al lado de Kaya.

—¿Qué opinas, Sarah? —Rosa le preguntó a la maquilladora—. ¿Crees que debería salir de las redes?

La chica sonrió y empezó a buscar en el estuche de maquillaje todo el material para el personaje de Abigail. Tessa las miró, confundida.

—Creo que es bueno que siga activa, demuestra que no le importa lo que digan. —Sarah dijo, a lo que Tessa sonrió y Rosa imitó su acción.

Unos golpes en la puerta de la caravana sonaron. Cuando Kaya y Tessa ya se habían cambiado con la ropa que usaban sus personajes, dejaron que la persona que tocaba la puerta pasara.

The story of my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora