I prefer to fall in the ice than fall for you [vmin]

Lutz & Goalies

En el patinaje artístico el Lutz es el único salto multirrotacional en el que el patinador parte desde una trayectoria de sentido opuesto a la del aterrizaje, por este motivo se lo considera el salto más difícil, exceptuando al Axel; Dentro del hockey sobre hielo el guardameta es el jugador que se encarga de defender la portería, para bloquear el puck, el portero debe tener reflejos, flexibilidad, rapidez y la suficiente fuerza y agilidad como para poder mover cualquier parte del cuerpo con la protección corporal, bastante más estricta que la del jugador de campo.

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Fue durante una tarde a principios de diciembre, meses antes del accidente, que Jimin patinó por primera vez cuando tenía 6 años, se encontraba en el centro comercial junto a su madre y abuela haciendo las compras navideñas, su padre comprando afuera el elemento estelar de la navidad en la gran área reservada para la venta de pinos naturales, siempre distante y evadiendo las actividades familiares.

Ese día Jimin vio desde el segundo piso del enorme centro comercial la pista de hielo colocada en la planta baja por las festividades, su mirada siguiendo las trayectorias circulares de aquellos con gran habilidad para patinar y las risas de aquellos que no, sus ojos abiertos y brillantes ante la curiosidad de bajar y descubrir a qué grupo de los dos podía pertenecer.

—Eomma —llama Jimin la atención de su madre moviendo la mano que esta sostiene mientras platica con su abuela —, ¿podemos patinar? —y señala la pista con su pequeña mano enguantada.

Al escuchar la pregunta ambas mujeres siguen la dirección señalada, una sonrisa iluminando sus rostros ante la curiosidad de Jimin, aunque lo que pide es improbable de suceder.

—Ninguna de nosotras sabe cómo hacerlo —explica su madre a Jimin —, y papá está esperando afuera, ¿recuerdas?

—Pero podemos aprender —responde Jimin —, será divertido, vamos abuela, dijiste que patinabas en los lagos cuando eras niña cada navidad.

Su madre mira a su abuela al escuchar eso, la mujer suele narrar a Jimin todo lo que hacía cuando era joven, y dado el contexto actual parece que el espíritu aventurero de la misma se saltó una generación.

—Podemos intentarlo —sugiere su abuela —, ¿solo unos minutos? —convence a su hija.

Así que 10 minutos más tarde Jimin se encuentra dejando sus zapatos en un locker y una joven a cargo de la pista le ayuda a colocarse un par de patines, su madre y abuela junto a él, prometiendo mirar todo a un lado de la pista.

—¿Los sientes bien ajustados? —pregunta la chica y Jimin asiente, casi saltando de emoción en su lugar —, deben ajustarse bien a tus pies o podrían lesionarte.

—¿Puedo cortarme? —pregunta Jimin mirando las brillantes cuchillas de los patines con ojos curiosos y mente alerta.

—No están tan afiladas para eso —confiesa la chica —, pero sí pueden herirte, así que debes tener mucho cuidado.

—Lo tendré, lo tendré —promete Jimin, levantándose y comenzando a dar pasos de pingüino ahora que tiene los patines puestos.

—Debes entrar de lado —explica la chica guiándolo a la pista —, de esta forma —y enseña a Jimin como debe ingresar.

Jimin cree que de alguna forma toda la energía del mundo se concentró en el primer momento que sus pies tocaron el hielo, la sensación resbaladiza, el clima frío y el desequilibrio sintiéndose nuevos y emocionantes en lugar de atemorizantes, y aunque ese día cayó dos veces sobre su trasero, ni la chica que le enseñó los primeros movimientos para lograr patinar, ni su madre o su abuela, pudieron negar el potencial que Jimin mostró desde el primer instante.