- 𝙋𝙍𝙊𝙇𝙊𝙂𝙊 ᥫ᭡

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El día era cálido, perfecto para una carrera, justo como ahora

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El día era cálido, perfecto para una carrera, justo como ahora.

Estábamos conduciendo por la carretera, con mi Maserati Alfieri grisáceo. Su pintura reluciente reflejaba los rayos del sol, mientras que el Auto de Brian luchaba por mantener el ritmo.

La carretera era estrecha así que no podía rebasarlos, dimos varios giros por la autopista, mientras que por el retrovisor vi el auto de Dom.

"No va a ganarme.", pensé.

El corazón de Lisa latía con fuerza mientras pisaba a fondo el acelerador, concentrada en mantener el control del volante.

Intenté mantener el ritmo, pise el acelerador y rebase el auto de Brian. Entramos ala ciudad a toda velocidad, asustando a las personas que iban pasando.

Dimos un giro y entramos al lugar donde nos estábamos quedando por el momento.

Estacione el auto y rápidamente noté que unas mujeres que  junto a  Elena corrían hacia nosotros, bajé del auto curiosa de saber que había pasado.

Brian parecía un poco preocupado mientras una de ellas llamó a Brian.

— Tranquilas, yo me encargo. — Habló Elena.

El rubio se acercó a él en busca de respuesta pero Elena mantenía una sonrisa.

— No pasa nada, llegaste justo a tiempo.— lo tranquilizo Elena.

Acomode mi cabello desordenado y retoque mi labial, me senté en el capo del auto tranquilamente.

— Vas a ser un buen padre, Brian. — Afirmó Dom, acercándose a ellos.

— No lo dudo. — agregué sonriendo.

Me acerqué a ellos con mi teléfono en mano, jugando con las llaves.

— ¿Por qué están tan seguros? — preguntó dudoso Brian.

— Por qué te voy a partir la cara si no lo eres. — Habló Dom jugando.

Sonreí por su comentario, mientras asentí con la cabeza.

— Vete de una vez. — Lo animé a entrar. La pareja me siguió la corriente, y Brian se alejó sonriente. Mientras que las ancianas lo iban a guiar hacia Mia.

— Brian!

El nombrado volteo en enseguida. — Recuerda que cuando atravieses esa puerta... todo cambia. Se acabó nuestra vieja vida. — Habló Dom abrazando a Elena, Brian asintió comprensivo.

𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗰𝗹𝗮𝗻𝗱𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora