𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗰𝗹𝗮𝗻𝗱𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷 || Recuerdos.

«La mitad de su belleza era su extraña forma de pensar»

Tokio:
11:30 ¿P.M?...

Pasado:

Me la pasé viendo por la ventana, fingiendo que era lo más interesante del mundo.

— yo la parí desgraciado, sabes cuánto me dolió? — las palabras de mi madre hicieron eco en el auto.

Mi padre optó por no contestarle, le agradecí un poco por eso, ya estaba bastante cansada de las peleas de siempre.

apoyé mi cabeza en mi brazo y me recosté en la puerta del auto mirando por la ventana, admiré por
Un momento los edificios iluminados por las luces que venían de estos, de repente mi cara se iluminó por completo por las luces de un auto.

Las cosas pasaron en segundos, una luz me cegó la vista, y un ligero dolor me invadió enseguida, el auto se volteó. Mis ojos amenazaban con cerrarse.

Entonces vi la figura de un ¿hombre?...se acercó el auto volcado, las ventanas del carro estaban destrozadas por el golpe que recibió. Se agachó ala altura del copiloto y sacó el cuerpo inerte de mi Madre.

La agarró de los brazos y la sacó, mis ojos luchaban por no cerrarse, quería ir a ayudarla pero el sueño y el dolor se iba acumulando.

Vi la figura de una chica, esta desabrochó el cinturón de seguridad del auto, agarrándome antes de poder caer. Me arrastro hasta el pavimento de la carretera, la vista empezaba a fallarme a causa del sueño, mi brazo dolía mucho, no sabía si estaba fracturado pero por el dolor empezaba a deducirlo.

Las luces del otro coche que estaba estacionado justo frente al coche volcado, era el mismo automóvil que nos chocó y volcó.

Ladeó la cabeza con una sonrisa, — ¿Estás despierta?— inquirió en voz melosa. Intente responderle pero el dolor se intensificó con los segundos anteriores, Chasqueó la lengua mientras se agachó a mi altura.

— Tranquila, tu dolor no durará mucho. — se acercó a mis labios. Dirigió su vista hacia mi brazo izquierdo, el brazo que estaba lastimado.

— vaya, tu brazo está herido. — habló imitando un tono lastimero, se levantó y puso su pie en la fractura, y la presionó.

Ahogue un grito en mi garganta, el dolor que sentía, provocaba que apenas pudiese controlar mi cuerpo.

— Parece que si duele — carcajeo divertida. Un escalofrío me llegó al cuerpo al escucharla. La miré a los ojos, apenas y podía ver sus facciones ya que la luz de la noche apenas podía iluminarla. Aún así logré percatarme que me miraba como si estuviera... ¿inspeccionado?

— ¿Terminaste, Jenn? — habló esta vez el hombre. La mencionada volteó a verlo, nuevamente ladeó la cabeza.

— ¿Morirá aquí? — evadió la pregunta del hombre.

— ¿Te encariñaste con ella?— se acercó a ella en pasos rápidos mientras que le despeinaba el pelo.

— No es eso, solo me da pena... que muera de una manera tan insignificante. — dijo con ¿lastima?, está loca?, ¿acaso ella sentía lástima por mi?