Capitulo 1

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Me encontraba a unos metros de la playa, lo único que se podía oír eran las olas del mar, todo ahí era tranquilidad, el cielo era demasiado precioso era cómo si estuviera en un sueño.

 -¡Amor!

La voz de un hombre me hizo voltear, era alguien a quien jamás había visto en mi vida, pero en su rostro se veía una sonrisa.

 -No te muevas de ahí.

 Dijo para comenzar a caminar hacia mi dirección, antes de llegar a mi se detuvo, a la par se escucharon dos detonaciones y en un momento a otro él cayó de rodillas.

 Ahora era yo quien caminaba a su dirección, trate de ayudarlo a levantarse e ir por ayuda, pero no había nadie a nuestros alrededores, la playa que hasta hace unos minutos era calmada, justo ahora era todo lo contrario, el cielo se comenzó a oscurecer y las olas comenzaron a ser más fuertes.

 -Mi, mi amor - Hablo él con dificultad.

 -Por favor, no digas nada y trata de levantarte.

 Mis mejillas comenzaban a humedecerse, verlo así me hacía sentir tan mal. ¿No lo he visto antes?

 -No creo poder hacerlo mi cielo- comento acariciando mi mejilla 

 Sentía mi corazón partirse en pedazos, ¿realmente lo conozco?

 -Por favor - dijo ahora limpiando mis lágrimas -no olvides lo mucho que te ame mi cielo-

 Sus ojos comenzaron a cerrarse y su mano poco a poco dejo de tocar mi mejilla, yo solo podía abrazar su cuerpo ya sin vida. 

 -Oye por favor- grité -no puedes dejarme así

 Me separe un poco y tome su rostro con mis manos, él se veía tan tranquilo dormido, tenía una pequeña cicatriz en su parpado izquierdo. En un momento a otro mi pecho comenzó a doler de una manera inimaginable, en ese momento se escuchó otra detonación. 

Me levanté de golpe, fue una de las peores pesadillas que había tenido en la vida, sin embargo, estaba llorando, me volví a acostar no sin antes ver el reloj que se encuentra sobre la mesa de noche al lado de la cama, el reloj marcaban las 6 de la tarde.

 -Min olvidaste poner la alarma- 

 Dije para mí y salí de la cama para darme un baño rápido, tenía que estar en el trabajo en menos de una hora. Me arregle lo más rápido que pude y tome mi bolsa revisando si mi antifaz y mis tacones se encontrarán en esta. 

 -Min donde tienes la cabeza, donde dejaste ese vestido- 

 Faltaba el vestuario principal, el cual no fue difícil de encontrar, puesto que estaba tirado cerca de la entrada de la casa. Tome mis llaves, subí al auto y comencé a conducir camino al trabajo. Solo faltaban 15 minutos para las 10 de la noche y a lo lejos se podía ver un letrero con letras brillantes diciendo 'el escondite de los hombres'.

 Un club para hombres, donde han ido todo tipo de hombres, desde gente común así cómo políticos y gente de altos rangos. Al entrar al estacionamiento pude ver al señor Yoon, se veía algo molesto y no era para menos el show principal tuvo que ser atrasado por mí. 

 -Recuerda que los minutos tarde solo aumentan tu deuda Tiffany- 

 -Lo siento señor Yoon, tuve un imprevisto camino aquí- Me encontraba parada en frente de él, sabía que estos minutos tarde costarían unos cientos de dólares. 

 -¿Qué esperas ahí?- dijo molesto -Hay hombres adentro que quieren verte bailar 

 Entre lo más rápido al club y entre a mi camerino, me cambié y me puse mi antifaz blanco. Realmente no era mucha ropa la que traía puesta, camine por el largo pasillo, encontrándome a las otras chicas, la música comenzaba a escucharse cada vez más fuerte; antes de salir volví a acomodar mi antifaz.

 -¿Sigues ahí?- la voz del señor Yoon me hizo sobresaltar -Te ves bien, ya ve a dar el show- 

 Yo solo asentí y comencé a caminar por la plataforma, los gritos de los hombres se escuchaban cada vez más. 

 ¿Mi profesión?, soy una Stripe desde los 17, después de la muerte de mi familia y perder la memoria el señor Yoon y su esposa comenzaron a cuidar de mí, nunca se portaron groseros conmigo a excepción de cuando estoy en el club, ahí me tratan igual que a todos en especial.

 Me encontraba regresando a mi camerino, tenía un break de una hora, antes de llegar al camerino unos brazos rodearon mi cintura y me hicieron darme vuelta.

 -¿no te he dicho lo hermosa que te ves hoy?- dijo mientras quitaba mi antifaz

 -Changbin eres un tonto- reí -déjame descansar un poco, hice un paso mal y mi tobillo duele

 -no se diga más- dijo cargándome y abriendo la puerta del camerino -cada vez te siento más liviana, ¿volviste a dejar de comer?- 

 -La escuela y este trabajo me están matando, aún le debo al señor Yoon- comenté mientras acariciaba su cabello -pero tranquilo cada vez me falta menos para irme de aquí-

 -Sabes que yo puedo ayudarte a pagar esa deuda, yo solo sigo aquí por ti- dijo él dejándome en el sillón 

 -Sería lo mismo Chang, podrás pasarme esa camisa?- dije quitando las zapatillas

 -Claro linda-

Antes de darme la camisa, la puerta del camerino se abrió dejando ver al señor Yoon con un gran fajo de billetes, Changbin solo salió de ahí dejándome sola con él.

 -Min primero, ¿te encuentras bien?- yo solo asentí -segundo, tú más que nadie sabe que no estoy tan a favor de que tengas este tipo de encuentros, sin embargo esta persona está pagando la mitad de tu deuda-

 -¿qué tan grande es esa persona?- dije colocándome la camisa -lo haré, quiero pagarte esa deuda lo antes posible-

 -De acuerdo __- dijo levantándose y metiendo el dinero a sus bolsillos- él no tiene más de 30- dijo abriendo la puerta -recamará 15, en 10 minutos- 

 -¿tan pronto?- él solo asintió -no importa, me cambiaré e iré- 

 No dijo nada más y se fue de ahí, me quite la camisa y volví a acomodar mi vestuario, antes de salir coloque crema para ocultar aquella cicatriz causada por "mi primer cliente". 

 -Ya falta menos y podremos salir de aquí- dije colocando nuevamente el antifaz

 Changbin se encontraba a un lado de la puerta, ¿había escuchado todo?, él no dijo nada y solo se fue de ahí perdiéndose por los pasillos, camine hasta el elevador esperando a que se abrieran las puertas de este. Segundos después entre a este, me encontraba demasiado nerviosa, salí de ahí buscando aquella recamará.

 -Yeong-pil tiene prohibida la entrada, así que él no es- tome la perilla de la puerta -todo estará bien. 

 Entre a la fría habitación, encontrándome a un hombre sentado en la cama, al notar mi presencia el camino hacia mí para solo para abrazarme, mi cuerpo se tensó, ¿él también volvería a apuñalarme?

A life of liesWhere stories live. Discover now