-𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐢𝐬...?-
Hae-Won no sabe lo que es el amor hablando de manera romántica, pero la vida le da la oportunidad de poder experimentar aquello en la Preparatoria.
Pero se ve en un dilema cuando dos chicos captan su atención, y al parecer ambos...
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ESTABAN DIRIGIÉNDOSE AL LUGAR DÓNDE estaban los chicos, claramente también el muy mencionado Daniel Park estaba ahí, parecía que el trío de amigos estaba jugando a las vencidas...
... O bueno solo si es posible jugarlo de tres.
—Podrías haberme tomado de la mano también. —Se quejó Zack.—Solo le toma la mano a Daniel.
Jay no dijo nada, realmente nunca decía nada, y el de cabellos ondulados estaba demasiado perdido mirando como el grupo de chicas se acercaba a su lugar, teniendo en medio a la joven de apellido Lim que el día de ayer tanto habia llamado su atención.
—¡Hola, chicos!—saludó alegremente Zoe, pero su expresión cambió al notar el extraño juego en el que estaban.—Es extraño, pero no preguntaré.
Rápidamente el pelinegro que era novio de Mira quitó la mano que antes tenía sobre la de Jay, dió un salto de su lugar y terminó mirando en dirección a la jóven portadora de un peinado de chongo, la de cabellos anaranjados sonrió al ver la admiración con la que Zack miraba a Mira.
Daniel al observar el acto de Zack decidió levantarse también, para poder conversar con las muchachas de su clase con más comodidad, sin poder evitarlo su mirada de posó encima de Hae-won, hoy portaba el uniforme pero en lugar del blazer de la escuela, ella tenía un Cardigan color beige.
Zoe fue la primera en notar eso, y en el fondo estaba alegre de que su plan estuviera funcionando, pero se sentía extraña al pensar que el chico de apellido Park nunca la miró así a ella en todo el tiempo que estuvo enamorada de él.
La otra jovencita hermana de Jay no estaba tan contenta, al contrario, sentía que todo lo que estaba intentando evitar al final terminó por suceder en sus narices.
Daniel Park se estaba fijando en Hae-won Lim.
—¡Oh! ¿Y sí vamos a la cafetería?—propusó la pelinegra con flequillo de lado, todos estuvieron de acuerdo e iban a dirigirse hacía la puerta, entonces detuvo a quienes eran su objetivo principal.—Uhm, chicos. ¿Por qué no se quedan y aprovechan para conocerse?
Hae-won entendió todo ahí, y mientras una leve sonrisa surcaba su rostro, el de Joy no podía estar más rojo en cólera. La muchacha del Cardigan se posicionó al lado de Daniel, preguntándole con la mirada si estaba de acuerdo con la propuesta de su amiga.
Él aceptó con nervios, pero al mismo tiempo emoción de poder conocerla con la apariencia de su otro cuerpo, muy en el fondo sentía que en esa apariencia podría ser mucho más aceptado por la chica de apellido Lim.
Si tan solo supieran que con su verdadero yo ya había ganado un lugar en el corazón de Hae-won...
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AMBOS SE LAS INGENIARON PARA INICIAR UNA plática decente, dónde la muchacha no tardó en simpatizar con este Daniel Park, pues resultó que ambos Daniel's no eran tan distintos, y eso a Hae le fascinó.
—¿La escuela siempre fue tan ruidosa...?—preguntó curiosa la chica, desde el inicio del día todos los alumnos habían estado murmurando entre ellos y nombrando a personas que para Hae-won eran desconocidas.
—... No, supongo que ya no tienen nada más que hablar y terminaron intentando saber quién era el más fuerte de la escuela.—explicó, sonriendo mientras en sus ojos se formaban unas medias lunas.
Los ojos color miel de Hae-won se abrieron, pero supo disimular. La verdad es que le había tomado por sorpresa saber cuál era la verdadera razón de tanto alboroto, y más debido a que escuchó muchas veces el nombre del chico que ahora tenía a su lado.
Daniel Park. ¿Eres de esos chicos que se pelean con otros...?
Hae-won se negó a creer en sus pensamientos, igual y hablaban de el más fuerte en... Las vencidas. No necesariamente tendrían que ser de esas peleas que los estudiantes tienen entre sí, ¿Verdad?
El frío chocó contra su mejilla, inevitablemente pegó un pequeño respingo debido al juguito de cartón helado que el pelinegro había colocado en su rostro para traerla a la realidad.
—¡Oh, l-lo siento...!—Se disculpó él, cuando notó que la mejilla de la muchacha se había tornado ligeramente rojiza. Una pequeña risita se escapó de sus labios, sintiendo ternura por la actitud del chico.
—Eres lindo...—comentó de manera distraída, pero fue entonces que su atención se fijó en otra cosa que no era el atractivo pelinegro, su vista se posó en el jugo de cartón que él le había entregado.—¡Mango! ¿Cómo lo supiste? Es mi favorito.
Bebió entusiasmada de aquel juguito, sin preocuparse por el ligero tono rojo que dejó en las mejillas de Daniel.
—¿Es tu favorito? Al parecer tengo buena suerte escogiendo jugos...—Soltó una risa, contagiando a la de cabellos anaranjados, el muchacho no era nada de lo que ella había estado suponiendo.
—Si, tienes bastante suerte, Daniel.—Le siguió, comenzando a caminar hacía, el único lugar al que sabía llegar, el Dpto. de Moda.—Pero no la tendrás todavía si no llegamos en 10 minutos a la clase.
El de cabellos negros palideció.
—Estoy muerto.—Lloró dramáticamente, el profesor de aquella clase lo odiaba, y mas iba a hacerlo si no llegaba a tiempo.
Hae lo consoló con unas palmaditas en la espalda, él era demasiado alto como para dárselas en la cabeza.
—Bueno, Dan. ¿5 minutos no son suficientes para llegar...?—ironizó, pero para el muchacho fue como darle una gran idea.—Ay, no.
Demasiado tarde, ambos corrían de la mano por los pasillos, el chico casi arrastrando a la pobre de orbes color miel, ella no tenía tanta resistencia como la tenía Daniel.
¿Cómo... Puede alguien normal correr tan rápido...?
Se quejaba en sus adentros, intentando con todas sus fuerzas apurar su ritmo.
Y el estar corriendo de la mano con Daniel Park por los pasillos de la escuela ahora se repetía.
Mismos nombres.
Lo único que cambiaba era que eran distintas personas, ¿No?
