Después de ser obligado a casarse con el general Evil Star

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El equipo viajó de noche y descansó durante el día. Después de caminar así durante tres días, las raciones secas y el agua casi se habían agotado. La gente y los caballos habían estado muy activos durante este tiempo y habían perdido muchas fuerzas, apretando los dientes para seguir adelante.

Zhao Yelan miró el mapa y dijo: "Pronto estaremos en el condado de Pi y habrá alguien allí para recibirnos. Todos, anímense".

"Cuando regresemos a la capital, el Emperador se asegurará de recompensarnos a todos generosamente", dijo Yan Mingting para levantar la moral.

Todos miraron exhaustos el camino sin fin. Yin Pinglu sostenía las riendas con su último aliento, y Zhao Yelan aún más. De todo el equipo, los dos con menor condición física habían llegado a sus límites.

Yan Mingting miró hacia abajo y vio que estaba débil y confuso, obviamente solo había dormido un rato cuando descansaban. Dijo preocupado: "Mengting, hablemos de algo".

"¿Acerca de?" Preguntó Zhao Yelan débilmente.

"Háblame de tu infancia. Quiero saber, ¿cómo eras cuando eras joven?

"¿Cuando era joven?" Zhao Yelan miró hacia el sol que estaba a punto de ponerse en la distancia. El sol al anochecer era como una yema de huevo salada, lo que le recordaba una época de su juventud en la que se sentaba en el patio y contemplaba la puesta de sol.

"A mi padre normalmente le gustaba recitar y componer poemas. Una vez estaba leyendo bajo una magnífica puesta de sol cerca del anochecer. Mi madre dijo: 'el atardecer es hermoso, como gachas con yemas de huevo, esta noche comamos yemas de huevo saladas'".

Yan Mingting no pudo evitar reírse: "¿Entonces te gustan las yemas de huevo saladas?"

"No." Las comisuras de la boca de Zhao Yelan se torcieron. "Así que tuve que recitar una teoría política y diez poemas para cambiar a un tipo diferente de comida".

"¿A qué comida terminaste cambiando?"

"...Huevos de pato salados".

Yan Mingting se rió a carcajadas: "¿Eso se considera un cambio?"

"No se pudo evitar, en casa sólo quedaban huevos de pato salados. Yo me comí las claras y ellos las yemas. También bromeaban diciendo que no comería buena comida".

"Ahora puedes comer muchas cosas buenas".

"Sí." Zhao Yelan miró a lo lejos. "Quiero probar todas las cosas deliciosas del mundo y usar toda la ropa bonita".

Yan Mingting asintió con la cabeza.

"¿Qué pasa contigo?" Zhao Yelan casi había perdido las fuerzas para hablar y solo quería oírlo continuar.

"Yo, ah , era un niño travieso y, a menudo, salía corriendo de la capital en secreto. Mi madre no pudo controlarme y en un ataque de ira me arrojó al campamento militar. Entonces me arrepentí. Que bonita era la capital, ah , ¿para qué ir a la frontera y sufrir? Lloré y me dio un ataque, ah , pero mi padre se mostró indiferente".

Zhao Yelan había pensado que había nacido con amor por la familia y el país. Al escuchar esto, una sonrisa apareció en sus ojos. Resultó que cuando era niño, no conocía el significado de la vida y la muerte, ni los principios del mundo.

"¿Cómo hiciste un ataque?" Preguntó Zhao Yelan con curiosidad.

"Simplemente me di la vuelta e hice una escena. A veces mi padre convocaba a sus subordinados a la gran tienda para presenciar cómo yo saltaba, era muy humillante", suspiró Yan Mingting.