04•° Una Cita

333 31 1
                                    

-¿De verdad ves a mi pequeña como tu hija que tu cuerpo se adaptó a sus necesidades? - TaeHyung tragó saliva como por cuarta vez, sentia su garganta muy seca.

Asintió despacio ante la pregunta del Pelinegro ahora estaban sentados en el comedor de la casa de JungKook. Somi jugaba en el suelo con unos juguetes, mientras que ellos estaban hablando de Lo que les habían dicho en el hospital.

Ahora TaeHyung era la madre, no biológica, pero seguía siendo la madre de Somi. Una parte de TaeHyung estaba contento con eso, pero su parte racional le gritaba.

¡No había tenido ni una cita con JungKook y ya había reclamado su lugar en su pequeña familia!

Si su vida fuera una película como se llamaría, ¿madre por accidente?, sonaba justo como le acababa de suceder.

-¿Qué harías si te dijera que me mudaré a otro país y me llevaré a Somi conmigo?- el aire en sus pulmones se detuvo por completo.

Miró al alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, JungKook no podía hacerle eso, era su pequeña no podía quitársela.

-¡Te lo prohíbo, no puedes llevarte a Somi lejos de mí! - no supo en qué momento se había levantado de su puesto, golpeando la mesa con sus manos y mostrando sus pequeños colmillos a la defensiva.

-¿Baba?- Somi dejó lo que estaba haciendo para mirar a los mayores, podía sentir la molestia del rubio. Daba algo de miedo verlo molesto, eso nunca sucedía.

JungKook por su parte solo sonrió, confundiendo más al rubio.

- Tanto la quieres, ¿eh? ¿Dónde estuviste antes?, si te hubiera encontrado antes, quizá mi bichito no hubiera sufrido tanto- TaeHyung se sintió avergonzado, muy avergonzado, y un poco molesto. JungKook le había hecho una prueba.

– Yo la quiero, no pienses en alejarla de mí – había formado un lazo con Somi, si los separaban ambos iban a sufrir bastante. JungKook le sonrió, una sonrisa tranquila y leve.

-No lo haré, Tae. Y tú ya no podrás escapar de mí. No te dejaré ir- TaeHyung se sonrojó ante
declaración, supo leer entre líneas. Una mano pequeña jaló su ropa y miró hacia abajo, Somi quería subirse a su regazo.

El Omega alzó con cuidado a la pequeña, la sentó en sus piernas y ella giró rápidamente a sus pechos tocando allí. Ya erasu hora de comer, desde que TaeHyung empezó a lactar Somi no había tocado sus biberones.

Se alzó la camisa acomodando a la pequeña para que pudiera comer cómoda y tranguila. Somi dio un ronroneo complacido mientras succionaba su pezón con ganas.

TaeHyung sintió como el aroma del alfa Pelinegro se volvía pesado, cargado con un poco de excitación, su boca se hizo agua al olerlo de esa manera. Alzó el rostro para ver al rubio, sus ojos negros brillaban con intensidad, fijos en él, y no se despegaban de sus pechos. Tragó saliva sintiendo su rostro arder, más rojo
que un tomate maduro.

En sus estudios sobre los cachorros había aprendido de todo tipo de cosas. No era un secreto que a los alfas les encantaba la leche materna que producían los omegas.

Sus pechos habían crecido un poco más desde que Somi tomó leche por primera vez, y no dejaban de producirla.

Quizás haría de lo cual se iba a arrepentir después, o solo moriría de vergüenza.

Alzó bien su camisa mostrando su otro pecho lleno, JungKook abrió los ojos ante eso, era una invitación para que él también pudiera probar. El rostro rojo del rubio se lo podría confirmar, y no quería desaprovechar esa oportunidad, el aroma lo estaba volviendo loco.

¿Mamá? | KookTae°•☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora