Capítulo 2

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-Es que, tu no lo entiendes- Digo tomando un sorbo de mi café.

-Claro que sí. Déjame hacerte un resumen: Tu quieres ir a ese laberinto donde rara vez, alguna persona sale con vida de ahí, y solo para pedir un deseo, yo no quiero a mi amiga muerta- dice frunciendo un poco el ceño. 

Camila es mi mejor amiga de toda la vida, hemos sido amigas desde que teníamos 4 años de edad. 

-Si lo dices así, suena feo.- Digo poniendo mi café sobre la mesa.- Lo hago por mi hermano, voy al laberinto, busco la fuente, pido el deseo y listo. 

-Es prácticamente lo que yo acabo de decir, solo que sin mencionar la muerte.- dice rodando los ojos.

-Es mejor que nos vayamos si no queremos llegar tarde a clase.- Digo poniéndome de pie. 

Salimos de la cafetería y nos dirigimos al Instituto. 

-¿Sabes que?- ​​​​habla Camila mientras caminamos.- Escuche decir que Dante...

-¿Dante?, ¿el rarito y callado del salón?- La corto antes de que siga hablando. Ella asiente con la cabeza.

-Si ese mismo. Escuche decir que va casi todos los días a ese lugar. Pero solo en la noche. ¿Raro, no crees?

Me encojo de hombros sin decir nada.

Dante es ese chico de aura misteriosa, no se junta con nadie, no habla con nadie, jamás participa en clase, se sienta al fondo del salón, y siempre se viste de negro. Y también es... Guapo, rarito, pero guapo. Su cabello negro cae sobre su frente, su piel blanca -hasta parece que fuera un vampiro- sus ojos, son de colores diferentes, es alto y callado.

Llegamos al salón y nos sentamos en nuestros asientos de siempre. Saco mi libreta de matemáticas en eso el profesor Smith entra al salón. Seguido de; Dante, con sus manos en los bolsillos de sus vaqueros negros y su mochila al hombro. Y como siempre, se sienta al fondo del salón.

-Buenos días jóvenes, el día de hoy tendremos tema nuevo- comienza el profesor. No puedo evitarlo y volteo hacia donde está Dante. Está con la mirada en su libreta, como si estuviera pensativo. Recuerdo lo que dijo Camila hace un rato.

¿A que va al laberinto?, ¿Y por que todos los días?, ¿Tambien va por algún deseo?, ¿Pero, todos los días?. Es un poco extraño ahora que lo pienso mejor, bueno todo de él lo es.

Suena la campana indicando que es hora del receso, todos salen del salón. Camila me espera mientras salimos del último. En cambio a Dante, él no sale a receso, nunca. Se queda solo en el salón... Un momento. Me detuve antes de salir y Camila también.

-¿Que pasa?- Me mira confundida.

-No voy a salir- me lanza una mirada para que continúe -Dante. Nunca sale y el salón se queda solo. Creo que podría hablar con él en un momento.

Abrio la boca.

-¿Enserio?. asiento con la cabeza- ¿Te quieres quedar?, ¿con el?. Vuelvo a asentir. 

-B-bueno, alla tu si te quieres quedar con el. Si te digo que no lo hagas siempre lo haces. Vuelvo luego.- Y se fue.

Me acerco donde esta Dante, tomo una respiración y hablo: 

-H-hola- ¿Enserio?, ¡¿Acababa de tartamudear?!

El levanta la cabeza y me mira un momento antes de responder.

-Hola, Elena- Y volvió a poner la cabeza entre sus brazos. ¡Sabe mi nombre!. Vaya... vaya, literalmente. Tenía una voz profunda-grave y a la vez cálida.

-¿No vas a salir?- Digo mientras tomo asiento en una silla a su lado. 

-No me gusta salir- Dice secamente, aja como no, es de pocas palabras.

-Y...mmhm- Iba a hablar pero me corta antes de poder articular algo.

-¿Por qué me estás hablando?- Vuelve a levantar la cabeza y me mira con cara aburrida. Viéndolo bien, era lindo, demasiado. 

-Bueno yo... No lo se.- Y era verdad, solo se me ocurrió la idea de hablarle y ya.

Soltó una risa por unos segundos. Bueno. También tenía una risa que, wow.

-Es mejor que me vaya. Adios.- No respondió, simplemente volvió a acomodarse como estaba antes. 

***

-¿Lograste tener una conversación con Dante?

Acabamos de salir de clases, Camila y yo vamos caminando hacia Lila's Coffe, nuestro lugar favorito.

-Bueno... A decir verdad, ni siquiera fue una ''conversación''- Hago comillas con mis dedos en la última palabra.

»Lo único fue: ''Hola, Elena''. Y. ''¿Por qué me estás hablando?''

Llegamos al local y abrimos la puerta.

-Pues, ¿Es Dante, no?. Es lo de esperarse de él.- Respondió ella encogiéndose de hombros.

-Voy por dos cafés, ya regreso.-

Me acerco a la barra para pedir y tocó la campanita.

-Hola, Lena- 

-Daniel. Lo mismo de siempre, por favor.-Digo sonriendo.

Daniel era el chico que se encargaba de recibir los pedidos de los clientes en Lila's Coffe. Es el tipo de chico que hace comentarios pervertidos ya la vez graciosos.

-Aquí tienes- Dice poniendo los cafés en la barra.

-Gracias, Daniel- Tomó mis cafés y volvió a la mesa.

-Tengo muchas preguntas sobre ese chico. Es muy... extraño.- Camila toma su café y le da un sorbo.

-Lo se, yo también tengo muchas dudas sobre el. Somos unas adictas al café, Camila.- digo tomando asiento. 





El Laberinto De Los Deseos Oscuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora