Al sonarte los dedos, lo que escuchas no es el crujido de los huesos sino burbujas de gas nitrógeno.
38. Dedos
Al sonarte los dedos, lo que escuchas no es el crujido de los huesos sino burbujas de gas nitrógeno.
Al sonarte los dedos, lo que escuchas no es el crujido de los huesos sino burbujas de gas nitrógeno.