👓Capitulo 1👓

1K 178 7
                                    

Jimin baja ya.. Grito Liam desde la sala..

Debes de darte prisa jimin, sabes muy bien que debemos estar primero que todos, es de muy mala educación que lleguen y el pastir no esté presente para resivir.

Párate firme, deja de encorvarte de esa forma, se te va a torcer la espalda si sigues así, eres un niño educado y refinado, comportate como lo que eres.

Cada vez que mi papá me hablaba de esa forma, sentía un demonio que me poseía todo mi interior, quería mandar a todas a perderse en el
bosque más extenso que pudieran econtrar y sin ninguna salida para que salieran.

Era domingo, un dia más aburrido como los de todos los domingos, ver a las viejas locas golpeándose el pecho jurando ser las mujeres más pulcras del mundo, como si no las hubiera visto criticar a toda las que se le pasan por el frente en ese momento.

El viaje a de mi casa a la iglesia era más o menos de diez minutos, lo único bonito del camino era ver por la ventana, disfrutando la bellaza del lugar, después de ese rato nos estacionamos la frente de la iglesia llegando antes que todos como siempre.

Los primeros en llegar era la familia de empresarios Jeon, venían ellos muy refinados y prácticamente traían a su hijo arrastras de una oreja, una cómica escena, un gran berrinche del maliante Jeon menor.

Las santas de la iglesia decían que era un problematico, lleno de tatuajes con vicios y además mujeriego.

El era la definición perfecta del pecado, si no fuera tan arrogante si se me olvidará que soy hijo del pastor, pero tengo orgullo y me orgullo no pasa por ese pecho de hombre macho.

Buenos días padre Liam bendiciones.

Buenos días señora Jeon..respondió mi padre con educación.

Y su esposo no pudo acompañarla el día de hoy señora Jeon.

No, el salió de la cuidad por trabajo pero en lugar de mi esposo vino mi hijo, a ver si no se quema antes de entrar..

Estará bien, nadie se ha prendido la entrar hasta el día de hoy.

El estaba ahí, con su oreja roja, con unos ajustados jeans negros, con una camisa negra pegada al cuerpo, el demonio se había hecho presente el día de hoy, era inevitable no verlo y no morderse el labio, hasta pude jurar había sentido un leve sabor a sangre.

Yo vestía con un suéter ancho y unos pantalones anchos, con lentes y el cabello peinado hacia atrás, digno de un nerd, esa era mi otra cara, mi imagen pura y de santo.

Aunque el Jeon maleante sabía que esa era una apariencia falsa en otra ocasión había llegado con mis padres y me había visto diferente.

Después de un rato entramos a la iglesia, siempre me sentaba hacia atrás donde prácticamente nadie pudiera saber que estaba ahí, ese día no fui del todo invisible, Jeon maliante se había sentado junto a mi.

Y inicio el tema favorito de mi padre, la homosexualidad.

Si un hombre se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, estarían cometiendo una abominación, seguramente serian castigados y ya tendrían el infierno completamente ganado.

De inmediato fue inevitable poner los ojos en blanco, era tan estúpido como hablaba y como todos se ponían de acuerdo, no veo en que cabe el castigo de que dos personas del mismo sexo se enamoren, sigue siendo amor.

No importa si ambos son chicos, o chicas eso es algo que solo les incumbe a ellos nada más, pero sin duda alguna sabía que si decía algo respecto a eso, el asesinado sería yo.

Yo no soy gay, realmente no lo soy yo que me meto a opinar si jamás he estado en una relación con nadie.

Mi padre no me iba a permitir conocer a nadie por mi propia cuenta, de hecho ya tenía prometida, tenía una esposa de un matrimonio arreglado que mi padre se había encargado de hacer, me casaría al terminar la universidad, o cuando se le meta el agua y le de la gana casarme antes.

Solo tengo 20 años y sabía que jamás iba a poder vivir mi amor adolecente, escaparme con alguien y tener sexo salvaje y hasta el momento no sabía por qué me mordía el labio cada vez que veía a Jeon maliante, es hombre de verdad que era ardiente y podía jurar que hasta sentía calor al verlo, ahora no entendia por que demonios no podía quitar la vista de el cada vez que me lo encontraba.

Donde vivo no es tan grande y aquí todos se conocen, hasta si te tiras un pedo se escuchaba y hasta llegaban a ofrecerte pastillas para desinflamar el estómago, era algo sofocante, mi papá le decía vecinos amables y preocupados..

Yo solo veía viejas chismosas queriendo saber hasta lo que no debían ya lo único que les faltaba era que me limpiarán hasta el culo después de cagar, me tenían arto, pero el hijo del pastor no podía perder la compostura y fingir ya era mi día diario.

Ver a Jeon me hacía sonrojar, el día estaba a unos 39 grados o yo era el que estaba a unos 39 grados,no se por que ver a Jeon me hacía sonrojar y era algo que tampoco estaba dispuesto averiguar, mi orgullo jamás me iba a permitir, rebajarme al punto de acercarme a Jeon por mi propia voluntad, el era el play boy y yo el Nerd y esa combinación no es buena en ningún ángulo del mundo.

Pero aún así, ciego no estaba y no podía dejar de admirar la belleza de Jeon aunque estoy seguro que es solo por que me gustaría verme así de elegante y dejar de llevar la ropa de mi abuelo, literal me sentía de esa forma y era algo que no podía cambiar aunque quisiera.

El era alto, con músculos en sus brazos, piernas y pecho, su pelo negro bien arreglado y sus ojos negros intensos que podían hacerte rezar de rodillas y podía jurar que su tercer pierna debía de medir al menos unos 28 CM.

Si dije que ciego no soy y doctor tampoco pero yo ya me había encargado de examinar al hombre sentado junto a mi.

ᎷᎥ ᏖᎥᏋᏒᏁᎧ ᏁᏋᏒᎴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora