🎼2do

574 115 77
                                    

SeokJin había dedicado los primeros días a familiarizarse con el ritmo pausado del lugar, un contraste bienvenido con el bullicio al que estaba acostumbrado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SeokJin había dedicado los primeros días a familiarizarse con el ritmo pausado del lugar, un contraste bienvenido con el bullicio al que estaba acostumbrado. Sus idas y venidas se convirtieron en una danza tranquila: seleccionando cuidadosamente los víveres que llenarían la despensa de su nuevo hogar, explorando cada rincón que ahora le pertenecía, y dejando que el ambiente impregnara su ser, esperando pacientemente a que la inspiración hiciera su magistral aparición.

La casa, una estructura rústica y señorial, se erguía imponente. La iluminación, un juego de sombras y destellos, creaba un ambiente perfecto para el misterio que estaba por desplegarse, o al menos eso esperaba SeokJin, después de estar ahí hacía unas semanas, necesitaba que su imaginación trabajara. Aunque la señal de cualquier dispositivo moderno era escasa, era lo último que importaba en aquel refugio alejado del mundanal ruido.

En su interior, los preparativos estaban completos. Las compras recientes habían surtido la despensa con víveres suficientes para sobrevivir un asedio, prefería tener todo a mano. Con todo listo, se disponía a cerrar puertas y ventanas, creando un santuario personal donde, esperaba, la inspiración fluiría tan libremente como el vino que ya reposaba en su copa.

—No beberé mucho, solo una copa —susurraba para sí mismo.

Acomodándose en el viejo escritorio de caoba, frente a la ventana que daba al bosque de la pequeña isla. La naturaleza, cómplice de sus pensamientos, parecía susurrarle retazos de su historia al oído con cada golpe de viento. Inspirando profundamente, dejando que el aire cálido limpiara su mente, se preparaba para lo que sería una larga noche de creación y fantasía. Sus dedos, finalmente, había comenzado a tipear al ritmo de una melodía que solo él podía escuchar, dando vida a las palabras que pronto se convertirían en la siguiente parte de su saga.

Aunque el sonido melodioso no estaba realmente en su cabeza, desde la primera noche hospedándose allí, una melodía preciosa y pacífica, viniendo de un saxofón, era la música perfecta que necesitaba en ese silencio pacífico. La suave cadencia del instrumento se deslizaba a través de las paredes, llenando cada rincón de la habitación rústica con notas que parecían acariciar el alma. Era como si el saxofonista conociera el secreto para calmar las tormentas internas, ofreciendo con cada soplido un refugio seguro contra los vaivenes de la vida. O los vaivenes de sus emociones las últimas semanas.

La música se había convertido en un compañero constante, un susurro melódico que prometía noches de sueño reparador y días de reflexión serena. No había necesidad de ver al músico; su presencia se sentía en la profundidad de cada nota, en la manera en que la música parecía entender y responder a los latidos de su corazón. En ese lugar, alejado del bullicio y la prisa, el saxofón no era solo un instrumento, sino un puente hacia un estado de paz que parecía tan esquivo en otros tiempos y lugares.

SeokJin sabía que podría ser TaeHyung, su propio padre, o quizás la viuda Park, a quien había conocido en su segundo día en aquel lugar. La presencia de la señora Park era inconfundible, marcada por una tristeza tan profunda que incluso a SeokJin, por encima de sus propios problemas, la hacia sentir abrumado. Era evidente que el alma de su difunto esposo aún vagaba a su lado, reacio a abandonar el mundo terrenal y a la mujer que tanto había amado.

INTERLUDE - Jintae (Cmpt✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora